CUIDAR LAS INFANCIAS

CUIDAR LAS INFANCIAS

Por Teresita Turrini

El ser humano es la criatura que más dependencia tiene de un otro en los primeros años. En la medida que transcurre la vida, como milagro de la naturaleza misma, nos vamos constituyendo como sujetos. Crecer significa ir constituyéndonos como personas.

¡Por eso es tan necesario cuidar las infancias! Las infancias libres de peligros, donde haya un tiempo para jugar, otro tiempo para crear y otro para imaginar.

Los niños y las niñas dependen de nosotros los adultos, pero también necesitan que los adultos referentes tomen ese rol de cuidador. El adulto que escucha y no juzga, el que aloja y contiene… no es necesario comprar los juguetes más fantásticos y maravillosos. la sonrisa, la caricia, las palabras suaves y de aliento, la mirada cómplice y “aquí estoy” son los recursos que tenemos para zambullirnos en su mundo. Así vamos dejando huellas, que luego se replican y se multiplican, van formando un escudo protector, que les da seguridad, fortaleza y confianza básica. Y así vamos construyendo personas autónomas, seguras de sí misma, que pueden elegir desde sí y no necesitan hacer nada para poder pertenecer a un determinado grupo o  lugar.

Parece que los adultos están distraídos, en sus problemas, en sus celulares, en su mundo, donde de a poco se invisibiliza al niño o niña que está cerca.

Es tan importante cuidar las infancias. ellos son pequeños tesoros, frágiles, vulnerables, activos, inquietos y por momentos rebeldes, no pueden poner en palabras que les pasa, lo expresan con dibujos, con juegos o directamente quedan anudados sus miedos en un rincón de su corazón.

Les propongo que cada día sea el día de la niñez y no sólo uno en el almanaque. Donde sea una verdadera fiesta encontrarnos con los peques de la familia, o del barrio. Donde podamos aprender y recuperar el niño o la niña interior junto a ellos/as, darnos el permiso para seguir siendo ese pequeño o pequeña que aún necesita jugar, reírse para recuperar la esperanza, crear para seguir creyendo en los sueños.

Aún estamos a tiempo, los invito al mundo fantástico de la infancia.

Con afecto, Tere Turrini