Debido a la aparición en las redes sociales de una carta difundida por un habitante de nuestra ciudad, cuestionando el comienzo de la construcción de un edificio de seis pisos en la zona céntrica, donde en síntesis se pregunta que pueblo queremos ser, comparando las dos ciudades vecinas: Arrecifes y San Antonio de Areco, para terminar diciendo que en Capitán Sarmiento existen predios donde edificar sin necesidad de ocupar un lugar céntrico con una mole de cemento. Es interesante el planteo realizado por esta persona, porque si analizamos sus argumentos pareciera que está bien informado, pues dice que según las normas municipales no estaría permitida la construcción de un edificio de 20 metros de altura, pero que a partir de un cambio en la reglamentación se permitió dicho proyecto. De ser así estimamos que la autorización emanada desde el municipio estaría avalada también por los miembros del HCD, de no ser así carecería de validez. Eso en la faz administrativa. Nosotros le agregaríamos el impacto en el medio ambiente, ya que un edificio de 6 pisos en esa zona traería, mayor cantidad de habitantes, peatones, circulación de vehículos, la proyección de la sombra en las viviendas que lo rodean, entre otras cosas. Además, debe evaluarse el consumo de agua y cloacas porque habrá una cantidad considerable de unidades habitacionales que influirán considerablemente en la vecindad. Descontamos que estos hechos han sido evaluados por la parte de Obras Públicas de la municipalidad, en común con los organismos respectivos: Cooperativa de Agua y empresa proveedora de electricidad y/o gas. De todas maneras, la obra está por comenzar, y las opiniones están brotando en la sociedad de Capitán Sarmiento, sería conveniente que el intendente considere las mismas para el bien de todos, no es posible que se maneje con habilitaciones “provisorias”, como la otorgada a un supermercado pegado a una estación de servicio. Imagínense si hay un siniestro, ¿por dónde saldrían los clientes? Creemos que los bomberos de la policía habrán previsto esta contingencia, pero, nunca se sabe, hasta que ocurre lo impensado.