DIVERSIDAD SEXUAL

DIVERSIDAD SEXUAL

El concepto de diversidad sexual hace referencia a la existencia de múltiples tipos de expresiones sexuales, normalizando y reconociendo la libertad sexual, el derecho de cada persona a decidir con quién y de qué manera comparte su vida y sus prácticas sexuales. Este término comienza a ser conocido a partir del siglo XX porque antes sólo dos eran los sexos y el resto permanecía en la nebulosa social.

Un concepto directamente relacionado con la diversidad sexual es “la identidad de género”, que se refiere a la vivencia individual del género como cada persona lo sienta, pudiendo corresponder o no con el sexo biológico. 

Así, concretando los constituyentes del sexo que nos determinan como seres sexuados, podemos diferenciar entre el sexo anatómico (biológico), el género (orden psicológico expresado en un sentimiento de pertenencia social y cultural y en el erotismo) y la orientación sexual, siendo ésta de carácter relacional, basada en la atracción sexual hacia otra persona. Estos tres elementos componen la identidad sexual de cada persona, generando una amplia diversidad sexual en la que múltiples variantes tienen cabida.

La identidad de género es la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la experimenta profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo (que podría involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de técnicas médicas, quirúrgicas o de otra índole, siempre que la misma sea libremente escogida) y otras expresiones de género, incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los modales.

En los últimos años en la República Argentina –pionera en América del Sur-  se ha aprobado el matrimonio igualitario, así como el cambio de nombre y género ante la ley. Estas acciones significan un paso más hacia la plena incorporación a la sociedad por parte de personas no heterosexuales y/o con identidades de género alternativas, al menos en el plano formal.

En nuestra ciudad también se vieron plasmados estos adelantos legislativos y sabemos de personas que cambiaron su nombre en el Registro Civil, y pasaron de tener un nombre masculino por uno femenino y viceversa. Además vemos que últimamente tienen auge nombres que no se identifican sexualmente con ningún género, como por ejemplo nombres indígenas Antú que significa Sol en mapuche.

Sabemos que  han contraído matrimonio personas del mismo sexo, y por supuesto por desavenencias se han divorciado parejas del mismo sexo. Es decir que nada es distinto entre parejas homosexuales como heterosexuales los problemas son los mismos: la convivencia, tan difícil en estas épocas.

Ahora la tarea que nos espera es  promocionar el respeto a la diversidad sexual en el ámbito organizacional, educativo, laboral, familiar, etc. y luchar contra todo tipo de discriminaciones que tiendan a la segregación, o menoscabo de algún derecho (salud, educación, trabajo, etc.), por razones o pretexto de orientación sexual, identidad de género y/o sexo, raza, etnia, edad, nacionalidad, caracteres físicos, condición psicofísica, social, económica o cualquier circunstancia que implique distinción, exclusión, restricción, o menoscabo. Es decir el objetivo final que es el respeto a los seres humanos.