CORREO DE LECTORES

CORREO DE LECTORES

Todo comienza con un intercambio de ideas con personas de unos veintitantos años y de ideas sumamente críticas al gobierno actual. A pesar de no coincidir con algunos actos de gobiernos del actual presidente, debo hacer la siguiente declaración: Pido perdón porque en los años 70 no me involucré intensamente en la lucha popular por la liberación en la que sobresalían los montoneros y el ERP entre otros. En ese momento comenzaba mis estudios universitarios y tal vez no comprendía el alcance de dicha lucha, que por momentos fue sangrienta. Pido perdón por no haber muerto o desaparecido, porque parece que si no estabas dentro de dicho grupo no eras digno de ser escuchado en tus opiniones actuales. Bendita sea Hebe de Bonafini que puede decir lo que quiere porque tiene carta libre,  mientras otros desaparecían, me encontraba estudiando, porque mis padres estaban costeando esa carrera con muchísimo sacrificio, y un buen hijo debe apreciar lo que están haciendo sus seres queridos para que progreses. ¿Fue un pecado mortal no participar de la lucha? Para muchos de aquellos que no lo vivieron en carne propia porque la edad no se lo permitió –aun no habían nacido- parece que sí.

La reivindicación del gobierno kirchnerista de esa época, y el relato asumido, hace que nuestro esfuerzo, y aquí sumo otros amigos que están en la misma situación, no sea valorado. Pero lo peor es que tampoco se valoran nuestras ideas. Claro ahora con sesenta y tantos años en la cabeza parece que no podemos opinar, y pensar que vivimos esa época, la pasamos, pudimos desaparecer, pero no, estamos aquí para demostrar el otro lado de la lucha de clases. La del esfuerzo, la voluntad, el respeto, la solidaridad, el amor a la vida,  y la honestidad. Si sobre todo esto último, porque muchos de los jefes de la organización montoneros terminaron vivos y con mucho dinero, caso Firmenich, Vaca Narvaja, Fernando Abal Medina, Roberto Perdía. Mientras los militantes que creían ciegamente en las ideas que estos mismos jefes pregonaban terminaron muertos o desaparecidos. Fuimos honestos con nosotros mismos y durante el resto de la vida, tratamos de inculcar dichos valores en nuestros hijos, algunos lo recepcionaron, otros quizás no, todavía con la vigencia del relato kirchnerista, que le permiten tener una cuota de corrupción con tal de favorecer a los más necesitados.

Nadie puede contarnos lo que ocurrió en esos oscuros días porque los vivimos, estuvimos allí, ¿zafamos? Si zafamos podríamos no estar escribiendo estas líneas, pero si lo estamos, no será porque hicimos las cosas bien?No participamos de la lucha armada pero si la de la que no se ve, esa invisible, con las ramas de la inteligencia, y el corazón limpio, honesto sin pensar en ninguna recompensa, solo honrar a los padres, que fueron los mentores de todos los sueños de progreso que estallaron frente a nosotros. Con esfuerzo y sin ponerse una moneda en el bolsillo que no correspondiera, porque todo proviene del trabajo y nada más, así llegamos hasta hoy, tenemos el derecho de opinar porque nos forjamos un lugar a fuerza de voluntad.