Transmutación

Transmutación

Por Luis Marino Ejarque

Perplejos… Atónitos…tal vez haya que buscar algún calificativo nuevo para expresar lo que debiéramos sentir los habitantes de estas latitudes ante la realidad que nos toca transcurrir.

Evidentemente algún cambio en nuestra estructura mental, alguna mutación espiritual haya ocurrido para disponer a millones de seres humanos en un contexto social emparentado con una especie de narcolepsia masiva ante una realidad hostil que se profundiza en forma inexorable. Nuestro mundo político, económico, social, jurídico, educativo, etc. se ha llenado de fenómenos inusuales, decadentes, algunos de ellos rayanos con la sinrazón… Y allí estamos todos… mirando sin reaccionar.

Filosofando con algún vecino, en esas charlas de vereda en las que se tejen medias verdades y medias mentiras, llegamos a coincidir que, en este estado patológico de la sociedad, que tolera lo que ninguna otra lo hace, los desaguisados de su clase dirigente, de la estructura que la gobierna es porque ella misma la elige. Una especie de Síndrome de Estocolmo a nivel político.

Incomprensible realidad que debiera dar trabajo a sociólogos de todas latitudes que buscan permanentemente nuevos fenómenos del comportamiento gregario.

Seguramente encontremos razones múltiples que justifiquen el fenómeno. Así la esencia del mismo es multicausal, llena de epifenómenos que adquieren relevancia y se desvanecen luego cuando la razonabilidad se hace presente…. Parece entonces que algo mágico ocurre en ese contexto de forma tal que las múltiples razones se transforman en sinrazones y establecen un círculo vicioso que nos lleva a renunciar en la búsqueda de lo esencial.

La forma más sintética que puede intentarse para explicar el comportamiento de la sociedad argentina respecto de su tolerancia a la decadencia es su capacidad de mutar…pero este fenómeno de la mutación es demasiado sencillo para entender desde esa óptica un problema tan complejo…. Apliquemos entonces la idea de la Transmutación, esto es, aplicado a la química, la transformación de un elemento, que pasa a convertirse en otro. El fenómeno puede desarrollarse de modo natural en los casos en los que un elemento químico tiene un núcleo que carece de estabilidad.

La explicación sería bastante sencilla si asumiéramos que nos comportamos como entes biológicos, integrantes de la naturaleza.  El núcleo inestable es el Estado.

Si bien la transmutación está relacionada con la alquimia, la física y la química, también en el plano espiritual aparece la noción de transmutación. Ciertas religiones y creencias hablan de transmutación para referirse al cambio interno que experimenta una persona cuando se aleja de elementos dañinos (desde acciones hasta pensamientos) y se acerca a Dios.

Para nuestra búsqueda de las razones expuestas respecto del comportamiento social argentino, es de enorme trascendencia indagar respecto de la transmutación de los valores. Esta hace referencia a la revolución moral propuesta por Nietzsche, o mejor, a esa revolución que se abre como salida o superación del nihilismo, esto es “La negación de toda creencia o todo principio moral, religioso, político o social”. Transmutar los valores significa de algún modo, recuperar los valores de la moral natural, (autoestima, fuerza, individualidad…).

Así las cosas, pareciera que el fenómeno social argentino está influido por una corriente que es una especie de transmutación de valores negativa o inversa, lo que hace aún más difícil la explicación del comportamiento.

Lo cierto es que aun asumiendo que padecemos un fenómeno de transmutación negativa, debemos esperar que algún fenómeno moral comience a operar sobre cada uno de los cuarenta y pico de millones de argentinos para lograr la transformación a través de una especie de resiliencia social que nos permita la superación del nihilismo.

El pesimismo respecto de esto es el enorme arraigo de conductas nihilistas en vastos sectores de la sociedad, al amparo de intereses políticos que abrevan de su decadencia y se alimentan de ella para mantenerse vivos a la manera de parásitos sobre el cuerpo moribundo de la sociedad.

El fenómeno inédito de la falta de reacción del cuerpo social queda sin entender, o al menos sin explicar… Cada porqué debería tener una explicación racional…pero en nuestro caso solo puede hacerlo lo mágico o lo esotérico ya que lo racional parece haberse perdido.