4 de noviembre: San Carlos Borromeo, patrono de nuestra ciudad

4 de noviembre: San Carlos Borromeo, patrono de nuestra ciudad

Por Andrea Cerdeyra

El 4 de Noviembre se festeja el día de nuestro Santo Patrono al que debe su nombre la Iglesia San Carlos Borromeo, que fue fundada el 4 de Noviembre  de 1891, ubicada en su origen frente a la Plaza “San Carlos”. Se obtiene la Capillania Vicaria independiente de Arrecifes en 1896.

Años más tarde, se construyó la nueva Iglesia en donde se encuentra en la actualidad, en imágenes vemos parte de su construcción hasta llegar a como está hoy.

 

 

¿QUÉ SABEMOS ACERCA DE SAN CARLOS BORROMEO?

Nació en Arona, actual Italia, 1538 y murió en Milán, 1584). Fue  Cardenal y arzobispo de Milán. Nació en el seno de una familia noble -su madre era Margarita de Médicis, hermana del papa Pío IV-, estudió latín en Milán y en 1522 pasó a la Universidad de Pavía, donde en 1529 obtuvo el grado de doctor en derecho civil y derecho canónico. Un año después su tío, el papa Pío IV, le llamó a Roma para que fuera su secretario y administrador de los Estados Pontificios.

El mismo año, cuando sólo contaba veintidós, fue nombrado cardenal y protector de Portugal, los Países Bajos y los cantones católicos de Suiza, así como de varias órdenes religiosas. Desde su posición en la Iglesia combatió activamente la Reforma protestante y promovió las ideas establecidas en el entonces reciente Concilio de Trento (1545-1563).

Carlos Borromeo se había hecho cargo también de su familia tras la muerte de su padre, y cuando falleció su hermano (1562) dudó entre casarse para dar descendencia a su estirpe o proseguir la carrera religiosa, pero se decidió por esta última.

Se dedicó plenamente a la tarea emprendida por la Contrarreforma: promovió grandes cambios; pero estas iniciativas le costaron muchos ataques e incluso agresiones físicas.

Hay un acontecimiento capital en su vida: la que se conoce como peste de san Carlos. En  agosto de 1576 se había desatado un terrible brote de peste en Milán;  comenzaron a prepararse  para luchar contra un enemigo sin rostro pero que iba a dejar diezmada a la ciudad . Borromeo, que se encontraba fuera, al saber la noticia decidió volver para tomar las medidas oportunas.

La situación era caótica y empeoraba rápidamente; faltaban no solo los auxilios materiales, sino también los espirituales: él mismo salió a la calle y trató de consolar a los enfermos y vendió los objetos más preciados que tenía.

Apenas descansaba y dormía escasamente dos horas para poder acudir personalmente a todas partes, visitaba todos los barrios alentando el ánimo de los que desfallecían, administraba él mismo los últimos sacramentos a los sacerdotes que sucumbían en aquella obra de caridad. Se realizaron varias procesiones y el mismo Borromeo iba a la cabeza,  descalzo y vistiendo una capa morada. 

Hasta el 20 de enero de 1578 no se declaró su extinción. Por su extraordinaria conducta durante la peste, aquella dura prueba se denominó la peste de san Carlos.

  1. Pastor resume acertadamente su vida en estas palabras: «El Cardenal de Milán, con la acerada rectitud de su carácter se presenta a los ojos de sus contemporáneos y de la posteridad como uno de los grandes hombres que lo sacrificaron todo para hallarlo todo; que renunciaron al mundo y precisamente por su renuncia ejercieron un inmenso influjo sobre él. Fuera del fundador de la Compañía de Jesús, ningún personaje ejerció tan honda y duradera influencia en la restauración católica como S. Carlos Borromeo; es una columna de la historia eclesiástica en la frontera de dos épocas, el Renacimiento moribundo y la victoriosa Reforma católica» (Pastor, vol. 19, 116).

Su cuerpo se conserva incorrupto en la cripta de la catedral de Milán, encerrado en una soberbia caja de plata, regalo de Felipe IV de España. Fue canonizado el 1 de noviembre de 1610. Su fiesta se celebra el 4 de noviembre. La iconografía del santo es muy rica. El mejor cuadro es el pintado por Ambrosio Figini y conservado en la Biblioteca Ambrosiana de Milán.