ENTREVISTA

ENTREVISTA

Dialogamos con Evaristo Raúl Pujol, 74 años de edad, un apasionado bombero de toda la vida, ¿quien no lo sabe?? “Al bombero lo llevas adentro. Tenes que nacer con esta vocación…”

E.A.: ¿Cuándo decidiste ser bombero?

E.P.: Entré por primera vez al Cuartel de bomberos a los 13 años, cuando se estaba recién formando la primera comisión del primer cuerpo de bomberos, organizado por Keushgerian. Cuando se incendió La Fama., una tienda que había en el centro de la ciudad, yo ayudé en el incendio. Trabajaba enfrente, en la John Deere, que era de Charró, eran las tres de la tarde y hacía calor, me acosté a dormir una siesta, y sentí una sirena. Me levanto y voy a trabajar, y miro para el lado del Banco Nación y veo una humareda bárbara, y de repente pasa una autobomba por el paso a nivel, y digo “un incendio”, entonces agarro la bicicleta, y cuando llego al banco, veo el fuego en la tienda La Fama. Aquí todavía no había bomberos, por eso el primer cuerpo que llegó era de Arrecifes o San Antonio, no me acuerdo bien, después empezaron a venir de San Pedro, de Carmen de Areco, se mandaron a pedir cuerpos de todos lados porque el incendio cada vez se propagaba más. Agarró La Fama, todo lo que es Álvarez ahora. Fui a trabajar, pero Charró nos dijo a todos los empleados que fuéramos a trabajar con los bomberos. En ese tiempo se sacaba agua del Banco Nación, a balde, se hacía la cadena humana para llegar al fuego, el balde iba lleno y volvía vacío, pero era inútil, cuando llegaba el agua no apagaba nada ante la magnitud del incendio. Ardía La Fama, toda la casa Álvarez, y todo lo que era el comercio de Rubiolo. Luego se formó el primer cuerpo, y entré como cadete, y quedé en bomberos 56 años. Agradezco mucho a los Bomberos por lo que me han dado.

E.A.: ¿Qué reflexión se merece todos los años que estuvo en bomberos?

E.P.: La verdad es que en la actualidad siento el llamado de bomberos y me levanto enseguida y voy, aunque sea a curiosear. Los bomberos muchas veces me dicen ¿Qué haces vos acá?, y yo voy a ver capaz que son la 1 de la mañana, me levanto y salgo. Algunas veces he colaborado también.

E.A.: ¿Qué lo moviliza?

E.P.: No sé cómo decirte. Al bombero lo llevas adentro. Tenes que nacer con esta vocación.  Capaz que estoy en otro pueblo y salen los bomberos y yo voy detrás, a pesar de que no los conozco, voy a ver lo que se está quemando.

E.A.: ¿Y los accidentes?

E.P.: Los accidentes es la parte más brava que tenemos, a mí lo que más me tocaba era cuando había criaturas involucradas, a las personas grandes, las sacas y listo, pero cuando hay chicos, es terrible.

E.A.: ¿Hay diferencias entre los primeros bomberos y los actuales?

E.P.: Cambió mucho. El adelanto que hay ahora no lo tuvimos nosotros antes. Hay equipos muy modernos, las mangueras de agua tienen una llegada fenomenal, mientras tira agua hace una defensa a la persona, hace un abanico de manera que está cubierto todo el bombero y aparte sale agua para apagar el incendio. Antes se usaba la manguera a chorro pleno, que cubría poco. Ahora hay equipos con cascos, botas especiales. Antes usábamos botas de cuero, pantalón y camisa Graffa, saco de cuero, y un casquito chiquitito. Si cambio mucho, ahora hay cada autobomba, con la cual no podría competir nuestro primer camión.

E.A.: Esos son los cambios técnicos y ¿de la parte humana?

E.P.: Ahora el bombero tiene que estudiar más. Antes entrabas a bomberos y te daban la ropa y el casco ahí nomás. Ahora se hacen cursos, para ascender a bombero, para ser suboficial, oficial, antes te decían: tomá vos sos sargento y listo.

E.A.: ¿Qué nos puede contar del automovilismo, su otra pasión?

E.P.: Empezamos con mi hermano Horacio en el taller donde esta la casa de Dr. Rabellino, allí armamos los primeros coches de carrera. No tuvimos ningún antecedente en la familia que le gustara el automovilismo. Yo iba al colegio a la escuela 1 y cuando salía me quedaba en el taller de Exertier, mirando como armaban el coche de Turismo Carrera, y llegaba tardísimo a mi casa, y mi vieja me retaba. Cuando fui mas grande el Negro Exertier me decía: vení a trabajar acá. Bueno entonces cuando salía de trabajar me iba al taller de Exertier y me quedaba trabajando allí hasta la 1 de la mañana. Tengo una anécdota de Patricia la hija del Negro, que era chiquitita, y se metió en el taller donde estábamos trabajando, en ese tiempo nosotros usábamos un pomito para regular las válvulas, era una pintura que manchaba muchísimo, había que lavarse con nafta para sacarse la mancha. Estaba trabajando con una tapa de cilindro, y Patricia sin que la vea me agarro el pomo de pintura, y se enchastró toda, los pelos, la ropa. En eso aparece la mamá: Nené, y le digo mire lo que hizo Patricia, huy para lavarla, la tuvieron que lavar con nafta, le quedó la piel a la miseria pobrecita. Luego de trabajar con Exertier, empecé a correr con él, casi un año, cuando se fue de Sarmiento el Negro, empezamos a armar un coche con mi hermano. La primera carrera que corrí fue con Richi Bianchi, el tenía una coupé que le armaban acá, y a la par armábamos a la nuestra. Llegué a correr más de 100 carreras.

E.A.: ¿Qué le gustaba más, apagar incendios o correr carreras?

E.P.: Las dos cosas por igual.

E.A.: ¿Está preparando algunos autos?

E.P.: En automovilismo actualmente estoy haciendo dos coches de carrera, una coupé para Trebuq, que va a correr en las cupecitas conmigo. Sí, sigo corriendo; y también estoy armando un Falcon de Leguizamón. Calculo que en dos meses salgo a las pistas, no me puedo quedar quieto.

¡¡¡¡Gracias Horacio!!!!