¿PUMAS??

¿PUMAS??

Vimos con sorpresa una nota donde cuentan sobre la existencia de pumas por la zona de La Luisa, que incluso han lastimado a un caballo. Pero la realidad indica que estos animales salvajes son de suma utilidad a la ecología del sistema argentino. Por eso no se deben eliminar como piensan algunos moradores de la zona rural. El puma como cazador y depredador de emboscada, obtiene una amplia variedad de presas. Su principal alimento son los ungulados como el ciervo y guanacos, en particular en la parte septentrional, pero en nuestra zona, entre las presas nativas se alimenta de roedores de distintos tamaños, desde ratones de campo hasta vizcachas, armadillos, y aves como el ñandú petiso e incluso, en algunas áreas, consume pingüinos. También consume presas introducidas por el hombre desde otros continentes como por ejemplo la liebre europea.

En muchas regiones donde hombre eliminó a las presas nativas, el puma puede consumir ganado, especialmente chivos y ovejas, lo cual genera un conflicto con los productores. Este conflicto es particularmente intenso en la Patagonia argentina, donde el hombre ha intentado erradicar al puma durante décadas usando todo tipo de métodos incluyendo trampas, armas de fuego y veneno.

Según el especialista Emiliano Donadio, director científico de la Fundación Rewilding Argentina, las campañas de erradicación de puma han sido frecuentemente apoyadas por los gobiernos nacionales y provinciales involucrando pagos por animal muerto con fondos provenientes de los impuestos que pagan todos los ciudadanos. Estas campañas de erradicación fueron un fracaso absoluto. La prueba está en que los estancieros continúan reclamando por pérdidas de animales que se atribuyen al puma.

Según el experto, actualmente existen métodos que pueden utilizarse para disminuir el conflicto con los ganaderos que no involucran la eliminación del puma. Para los pequeños productores un método que está dando resultados incluye el manejo del ganado con encierres de las ovejas y chivos durante la noche y la utilización de luces disuasivas y alambre eléctrico en los corrales de encierre.

Por eso si usted esta circulando por caminos rurales a pie, a caballo o en bicicleta, y tiene un encuentro casual con un puma estas son las recomendaciones:

  1. Hágase ver lo más grande posible. No se acerque al puma, mantenga la calma, mire hacia el puma y levante los brazos para buscar aparentar ser lo más grande posible. Si está acompañado, súbase en la espalda de su acompañante para aparentar mayor tamaño. La idea es convencer al puma que Ud. no es una presa y que puede ser un peligro él.
  2. Dele siempre al puma una oportunidad para salir. No lo acorrale. La mayoría de estos felinos grandes son calmos y tratan de evitar la confrontación. Retroceda lentamente y asegúrese de generarle una vía de escape.
  3. No huya. El huir puede desencadenar en un ataque desde atrás (se genera una imagen de presa en estos depredadores). Recoja a los niños (si los hubiera) para que no cunda el pánico y para que no

corran. Aunque puede ser difícil, recogerlos sin agacharse y sin darle la espalda al puma. No se agache o se ponga en cuclillas, ya que una persona en cuclillas o agachada puede parecerse mucho a una potencial presa de 4 patas.

  1. Vocalice. Hable con calma y con regularidad.
  2. Si el puma se aproxima, sea agresivo. Los pumas suelen atacar mediante el uso de la emboscada. Pero cuando un puma es visto, puede decidir atacar a su presa (es decir, usted) en ese momento.

Trate de aparentar ser amenazante, agite los brazos, camperas, palos, grite, etc.

  1. Tire palos y piedras. Si lo anterior no asusta o amedrenta al puma cuando se acerca, tire piedras, palos, ramas, lo que esté a mano. La investigación ha demostrado que el comportamiento agresivo de la supuesta presa, puede frustrar un ataque de estos felinos.