Por Luis Marino Ejarque

Nos entusiasmamos tanto…somos tan pasionales… hasta tenemos la capacidad de tomar el riesgo del ridículo en función de esa pasión… Pero… ¿por qué solo nos pasa cuando percibimos que está en riesgo nuestra construcción social? Las marchas multitudinarias previas a la elección presidencial no fueron otra cosa que una reacción a la derrota de Cambiemos en las PASO (PASO inútil del sistema electoral). Entonces, muchos argentinos, hasta los cansados de la incapacidad del Macri para resolver problemas sobre todo económicos, recibieron el mazazo para darse cuenta del grave riesgo de derrumbe de la frágil construcción social republicana que se había gestado desde 2015. De golpe nos dimos cuenta que eso de “es la economía estúpido” de Bill Clinton en 1992, nos golpeaba en los cimientos de esa construcción. Entonces salimos como hordas con banderas argentinas a llenar plazas y calles en un intento desesperado por recuperar el andamio mas alto, para apuntalar lo logrado…Casi se llega, pero pudo más la mística peronista, despojada de culpas y responsabilidades, apelando a la desmemoria de los menos memoriosos y de los que, carentes de conciencia republicana, supieron imponer una vez mas los aceitados métodos para recuperar el poder.

El trabajo de su construcción social lo conoce a la perfección el peronismo. Tiene la virtud de dar una respuesta satisfactoria a cada requerimiento con una enorme capacidad de  despojarse de responsabilidades cuando no le da respuesta, cuestión que los demás partidos políticos no logran a través de la historia. Parece ser que para ellos la historia es hoy. Ayer no pasó nada… no tuvieron origen fascista, no recuerdan haber nacido de un golpe de estado ni haber pisoteado a la oposición metiendo presos por pensar distinto a los dirigentes como Balbín o Illia por mencionar algunos..,no recuerdan haber dicho que no teníamos inflación o que teníamos menos pobreza que Alemania,  tampoco recuerdan haberse negado a entregar la banda presidencial, tampoco el “caerán 5 de ellos por cada uno de los nuestros”, ni haber sido los mentores de Montoneros y de la AAA cuya acción destruyó la vida y los sueños de miles de inocentes… no reconocen una forma de gobernar absolutista en la que se debe pisotear y ningunear a la oposición…. No recuerdan a Cavallo ni a Celestino Rodrigo pero se acuerdan muy bien de Sourrouille o del Cavallo de De la Rua….no recuerdan haber pagado la deuda con el Club de París con intereses monstruosos… ni recuerdan el pacto con Irán o haber negado el homicidio de Nissman…. Ni el veto de Cristina al 82 % de los jubilados…Memoria selectiva tienen…porque tienen la capacidad de recordar cada paso del fracaso del gobierno de Macri…

Pero esta forma de construcción social…¿tiene vigencia en el tiempo?.. obviamente que sí, y se debe a la grandiosa capacidad de mutación del peronismo… Pero esta construcción es sesgada, parcial, es para una mitad o peor para una clase dirigente. La verdadera construcción social depende de la capacidad de los pueblos, de los grandes consensos, de los acuerdos despojados de intereses sectoriales o al menos de los que se basan en el aporte racional de los esfuerzos. Es imposible entonces pensar hoy en poner los cimientos de esa construcción. Los que la construyen no tienen vocación de hacerlo. Solo piensan en su modelo….

La construcción social no es otra cosa que la serie de fenómenos sociales  que son aceptados como naturales de la sociedad en la que se producen. Pueden ser modificados por la dinámica de esa sociedad y fundamentalmente por los cambios de líneas de pensamiento e influencias externas a esa sociedad. En nuestro caso parece ser que esos intentos de cambio aparecen cada vez que es derrotado el peronismo en las urnas, pero no logran sostenerse en el tiempo por esa extraña capacidad de recidiva que tiene a la mística peronista como estandarte.