EL ALMACÉN DE RAMOS GENERALES

EL ALMACÉN DE RAMOS GENERALES

Por Andrea Cerdeyra

Primero fue LA CASA DE POSTA. Esta palabra deriva del latín “posita” que significa “puesta” o “colocada”. Ya se hacía uso de ellas en la Persia antigua. Carlo Magno organizó un servicio de correos sobre la base de “postas”, las que siglos más tarde se propagaron  por toda Europa.

En 1771, debido a las gestiones del Visitador de Correos Don Alonso Carrió de la Vandera, se establecieron las primeras “postas” en el Camino del Norte (hacia Córdoba).

Las  ordenanzas establecían, entre otras cosas, que el cargo de “maestro de posta” debería ser desempañado por un “vecino honrado” que estaría obligado a mantener determinado número de caballos. El cargo podía, a la muerte del titular, a los hijos, yernos u otras personas que cuidaran de la posta. Los ‘maestros de postas’ podían nombrar y remover los postillones de los que se valdrían para el desempeño de sus cargos. Además de muchos otros privilegios acordados a los ‘maestros de postas, como el llevar armas y poseerlas, el no poder ser desalojados de las casas donde habitaren, el no poder se detenido por nadie, ni por la justicia misma en el camino que debían recorrer para el desempeño de su cometido, les estaba permitido tener ‘libremente mesón, posada o cualquier granjería, aunque sí pagando los derechos existentes para tales negocios”. Además,  debía haber en cada posta “vino, aguardiente, aceite, vinagre y legumbre”.

Después surgen LAS PULPERÍAS, era el único lugar de encuentro para el gaucho en las zonas rurales, allí se reunían a charlar, luego de largas jornadas de trabajo, o semanas de no verse. La bebida principal eran el aguardiente, el vino, la grapa y los buenos mates, también el deleite del tabaco. En ellas los payadores hacían duelos de payadas y otros duelos a muerte, reluciendo sus facones.

Más adelante en el tiempo, los almacenes fueron cambiando debido a que se fue subdividiendo el negocio. Cuando aparecen los rubros como la ferretería, indumentaria y rubros más específicos – ya en el siglo XX-, aparece lo que hoy se conoce como almacén.

Había  un palenque para atar los caballos, servían comida y se podía adquirir los comestibles y herramientas más necesarias para las actividades del momento.

El almacén de barrio como institución barrial fue muy importante porque era centro de reunión social. Funcionaba como caseta de correo: el cartero dejaba ahí las cartas y las personas se iban a retirar del almacén.

Fueron también los lugares que tuvieron los primeros teléfonos, así que también funcionaban como un lugar de emergencia. Si se necesitaba llamar un médico o un auto de alquiler -que no era muy común- se hacía allí. Son un centro social muy importante que ha hecho a la idiosincrasia posadeña.

La Asociación Amigos del Museo de Capitán Sarmiento reinaugura La Estación como Museo y en primera instancia con una exposición sobre esta temática, tan lejana y al mismo tiempo tan cercana porque nadie ha dejado de ir al almacén.

Los esperamos desde este 27 de febrero, a partir de las 19.30 hs. para disfrutar de la recreación de los objetos que ayer eran habituales en el almacén, recordar lugares que ya no están; otros que perduran aunque de manera diferente, escuchar relatos de aquella época y quedarnos, cómo decía Borges:

 “Aquí otra vez la seguridad de la llanura/ en el horizonte

y el terreno baldío que se deshace en yuyos y alambres

y el almacén tan claro como la luna nueva de ayer tarde”.