EL PELIGRO OCULTO DEL ATAJO…

EL PELIGRO OCULTO DEL ATAJO…

Por Luis Marino Ejarque

                             Es un reflejo casi, una especie de reacción de alarma, asumir en situaciones de litigio crónicas como la que ocurre en estos tiempos en la política argentina, una posición neutra. Muchas personas de bien buscan una nueva posición de despegue, un nuevo punto de partida que permita eludir cualquier posición extrema.

                            La grieta dejó de ser política, se transformó en moral. Posiciones intransigentes de uno y otro lado que impiden un razonamiento común… Esta posibilidad debe ser fácticamente posible pero se diluye apenas aparece la amenaza de poner en riesgo la cesión de una postura como la de coincidir con aquel que se consideró enemigo.

                           Tal vez miles de personas que asumieron su pertenencia a un lado de la grieta, movilizadas por los efectos deletéreos de ésta, habrán pensado en algún momento buscar el punto de unión… en que podemos coincidir…. La experiencia reciente con la postura ante el aborto en la que de uno y otro lado había defensores y detractores, es decir que atravesó la grieta, lejos de abrir una puerta a demostrar que puede haber intereses comunes sólo creó otra grieta.La sensación es la de una Sociedad tan frágil que cualquier movimiento la vuelve a lesionar, la lastima y lo puede hacer hasta romperla.

                         En este contexto, en que todos han tomado posición, algunos, quizá muchos, no se resignan a pertenecer a uno de los lados. Tratan de ser neutrales esperando alguna circunstancia social que les permita actuar con el fin de definir el principio del fin de la grieta.

                         La tercera posición, la vía alternativa, el camino del medio o como se quiera llamar parece un atajo noble. El grave problema es que los “lados” de la grieta lo saben, y sólo bastará que se hagan de cabecera de playa para desembarcar en esta vía del medio.

                        Las cosas están bastante definidas, y asumir que está en riesgo la república en caso de un triunfo del oficialismo es un imperativo que requiere despojarnos de todo atisbo de inocencia política. Por mejores intenciones que tengan los mandos medio y las bases de éstas opciones.

                     Tomar dimensión de la jugada  no implica ser aliado o simpatizante de la fuerza que debe evitar la mayoría oficialista. No se trata de una cuestión ideológica. Pero sí de principios. Es un imperativo patriótico que no se resuelve con buena voluntad. Ya demostró el oficialismo que no hay posibilidad de evitar las extrañas maniobras políticas que transforman a algunos “opositores” en aliados en cuestiones especiales. Baste con un antecedente histórico de haber pertenecido a alguna variante del PJ para traicionar al votante desprevenido y aliarse circunstancialmente a quien prometieron combatir. Huelgan los ejemplos (Massa, los diputados cordobeses de Schiaretti, el lavagnismo, etc)

                        De nada valdrá y será demasiado tardía la queja cuando nos demos cuenta de un nuevo equívoco, uno de los tantos de nuestra historia, del voto independiente.

                        A veces la política obliga a optar por el menos malo (muchas veces a lo largo de nuestra historia). Estas legislativas no son la excepción. Por el contrario reafirman esa triste razón por el sencillo sentido de no pertenecer a una sociedad “normal”, por pertenecer a una sociedad enferma que desde hace mas de 70 años sigue optando, por derecha o por izquierda, por la fuerza que más la ha engañado, que más la ha retrasado. Es cierto que todos han mentido, pero la disolución de la República, amenaza inmediata, nos obliga a actuar de otro modo. Estos que tanto nos mienten hoy, gobernados por condenados y presos domiciliarios, por los que nos han robado vidas y seres queridos banalizando nuestra salud, no pueden llegar a la mayoría absoluta en la legislatura.

                        La discusión ideológica, como tantos otros asuntos pendientes de resolución, deberán quedar para otros tiempos que se darán sólo evitando la mayoría oficialista. Si no se consigue será imposible.

                          El atajo de la tercera vía es una nueva mentira. Sólo si conseguimos salvar a la república, podremos discutir ideas y formas de avanzar hacia un país mejor.