UN EMPATE DE VISITANTE  

UN EMPATE DE VISITANTE  

Por Oscar Albelo

Ese día estaba de paseo por Santa Lucía, partido de San Pedro, en casa de Fetuca un amigo. Después de un suculento asado, entre charlas  y recuerdos, me invito a la Pulpería. “La Pulpería? pero Pulpería, ¡Pulpería!”“¿Como las de antes?” – pregunté con asombro-. “Digamos parecida, me respondió sonriente, pero ¡ésta es actual!”

Siempre me interesó el tema, pero sólo las conocía por medio de escritos, artículos etc. como aquellas historias de José Hernández en El Martín Fierro. Aquella famosa payada, de Fierro y El Negro.

Llegamos, concurrido el sábado a la noche, donde la mayoría no trabaja al otro día. Algunos saludaron como acostumbran en pueblos chicos. Otros entretenidos en una partida de truco, conversando, o alcoholizados. Nos acodamos al mostrador y pedimos de tomar, recorría el lugar con la mirada. Como había hecho unos ejercicios teatrales, los puse en práctica y me figuré que estaba en aquellos tiempos.

De pronto se movió la concurrencia, toda la atención en la puerta principal. Había llegado un muchacho con guitarra en mano y amigos que lo acompañaban. Muy conocido y popular, llego ¡el Payador!, vociferaban, mientras aplaudían entusiastas.  Me tome el vino que recién me habían servido; al lado mío, balanceando su cuerpo  por la borrachera, exclamó: “¡ahora si se viene la diversión!”, mientras, el aliento del alcohol fermentado, me daba de lleno, en las narices. Ahí nomás  prepararon el lugar, una especie de escenario, dividido por sillas. El recién llegado desenfundó su instrumento, ante la algarabía de los presentes, fluían sus versos. Para entonces, el Pulpero ya me había servido otro vino, que no sé quién me había invitado, y me lo tomé de un saque. No había dejado de apoyar el vaso, cuando nuevamente aparecía servido. Transformado, daba rienda suelta  la imaginación. Una mano firme en mi hombro, y una voz segura y firme, preguntó: “usted muchacho ¿sabe cantar?” Respondí que “¡sí!” Yo quise explicar que no sabía tocar,  pero ante el entusiasmo general, no pude, vociferar palabra. Ya tenía  la guitarra en mis brazos,  lo  único sabia de ella que tenía seis cuerdas. El Payador no me dio tiempo, ya me estaba invitando, con versos.

“A ver mocito lo invito / a pulsear esa guitarra / que ya comenzó la farra / no se me eche para atrás /que yo lo veo capaz / acá no ha venido al cuete / no la mire de esa forma / es  guitarra no chupete.”

La mirada de los presentes, esperaba mi respuesta. Alguien que percató mi ignorancia guitarrera, me la arrebató, como acariciando una Mujer Amada, se acercó, me dijo por lo bajo yo lo acompaño musicalmente, usted conteste. El  muchacho está lesionado de la mano explicó, ni le dio tiempo a reclamo alguno, un poco beneficiado por el entusiasmo general. Medio titubeando, empecé mi aventura musical. “El señor me ha invitado / sin saber si sé cantar / igual le voy a dejar / este verso que me aflora / lo sé, usted atesora / versos puros improvisados / la fama se ha ganado / aquí ,  y en otros poblados.”

Los aplausos y gritos, brotaban como manantial en esa Pulpería…

“A la pucha el Paisano / no es uña de guitarrero / por lo visto es versero/ creo que lo descubrí / por eso me gusta aquí / toparlo en esta payada / no sabe con la guitarra / pero la garganta es templada. Se me había hecho como una laguna, pero la mirada firme de mi guitarrero, me destrabó la lengua.Le agradezco el elogio / creo que es muy sincero / como ve soy forastero / y usted es aquí local / canta usted como zorzal /  su vida es guitarrera/ pero dejemos, es triste/ le gane uno de afuera.” Ante la risa de la multitud,  me vino bien para dejar el asunto ahí. Creo que  la musa inspiradora a esa altura, me había abandonado. Entre vinos, risas, se fue apagando esa noche donde experimenté por unas horas, algunos pequeños momentos que han sentido esos hombres, en aquellas Pulperías perdidas en el tiempo.

Haciendo malabares por la vereda volvimos con Fetuca, borrachos de vino,  nostalgia y  alegría. Un parroquiano que pasaba en bicicleta muy embriagado, gritó a media palabra, un empate de visitante es un buen resultado Amigo.