OJO CON LAS REDES SOCIALES

OJO CON LAS REDES SOCIALES

Estamos en un mundo cada vez mas informatizado, donde el avance de las redes sociales llamese: Facebook, Twitter, o Whatsapp no tiene límites, y las personas hacemos uso diario de las mismas sin medir las consecuencias que nos puede traer el mal uso.

Existe una creencia entre quienes utilizan facebook que sus comentarios deben tener la mayor cantidad de “me gustan” para de esa forma ser reconocidos por una gran cantidad de gente. Por el contrario si no aparece ningún “me gusta” existe el riesgo de causar una depresión que en algunos casos llevan hasta el suicidio.

Además, otro peligro que va en aumento, pese a que cada vez hay mayores advertencias, es al que se enfrentan aquellos que comparten a terceros archivos de carácter íntimo, sin ser conscientes que ese material puede ser posteriormente difundido y llegar a millones de personas en todo el mundo. Los mensajes racistas y la apología del odio es también otro peligro de Facebook. Pese a que la compañía intenta luchar contra estos contenidos, la viralidad de las redes sociales provoca un crecimiento exponencial de mensajes intolerantes y llamadas a la violencia

En esta última semana adquirió notoriedad un caso en nuestra ciudad donde se hizo mal uso de la red social, una persona publicó imágenes obscenas de una pareja por facebook y otra persona se encargó de difundir ese hecho por whatsapp, contando detalles de una presunta infidelidad. Sin entrar a juzgar la actitud de quien difundió masivamente, para no herir susceptibilidades, ya que su comentario generó el repudio unánime de los usuarios de la red social, debemos decir que es un mal ejemplo que nadie debe imitar. Consideramos que esa conducta no es un delito punible para nuestra legislación, que solo tiene la ley 26.388 promulgada en el año 2008 que se tipificó la violación de correspondencia electrónica. Pero en casi diez años de sanción no se ha sabido de ningún fallo que se base en esas modificaciones.

Lo único que nos queda es que los mismos usuarios no difundan este tipo de conductas que si bien no llegan a ser delito, causan en las personas ofendidas un gran daño moral, porque siempre detrás de ellas existen hijos, padres, maridos, en fin parientes, que no merecen sufrir tamaña vergüenza. La verdad que una vez que se echa a rodar una difamación como ésta, es difícil después lograr que se borre de la red social por más que se demande su retiro.

Muchas veces es complicado ver quién está detrás de esos hechos, porque generalmente los servidores de las redes y sitios de Internet están alojados fuera del país y los procedimientos llevan más tiempo. Pero se puede llegar al autor. En este caso que estamos comentando ya se individualizó al autor y como comentamos tuvo su escarmiento a través de la misma red social que utilizó, pero el daño ya está hecho, hay cosas que no pueden volver atrás, como la vergüenza de los involucrados en su comentario, que siguen sin salir por la calle, y llevan una cruz marcada que llevará tiempo borrar.

La pregunta que nos hacemos es: ¿Hay algún control por parte de las plataformas de redes sociales?  La respuesta en negativa, las redes sociales simplemente «replican y amplifican» el acceso a la información generada por la sociedad. «Son simples lugares de agrupamiento social y eso es su único poder. La difusión de esas agresiones no se dan por las redes sociales sino por las notas en medios que las magnifican”. Es decir un rumor como el que comentamos realizado por una persona es “amplificado” en la red social, y la empresa que controla no hace nada porque los servidores de las redes y sitios de Internet están alojados fuera del país por lo que difícilmente controle todo lo que se publica en su medio. La única salvedad es que se cometa un delito con el uso indebido, allí sí se puede recurrir a la Justicia para que retire de la red social el contenido, y sancionar al autor del mismo.