EL ARGENTINO GOURMET

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GUISO DE LENTEJAS

Las lentejas, uno de los alimentos más antiguos del planeta, se cultivan desde la antigüedad en Egipto, Europa, Asia y Oriente Próximo. Los antiguos egipcios creían que iluminaban la mente y, según Rashi, el célebre comentarista francés medieval de la Biblia y el Talmud, las lentejas se servían tradicionalmente a los dolientes porque representaban el ciclo de la vida, sin principio ni fin. Entre muchos católicos, las lentejas eran el plato habitual de la Cuaresma para quienes no podían permitirse el pescado, y en la India, las lentejas siguen siendo parte integrante de los rituales matrimoniales.
En esta época en la que los expertos en salud nos exhortan a reducir el consumo de carne y a aumentar las proteínas del reino vegetal, las lentejas son una verdadera bendición; tienen el mayor contenido de proteínas de todo el reino vegetal después de la soja, y son especialmente ricas en minerales como el zinc y el manganeso, vitaminas del grupo B -especialmente ácido pantoténico (B5), niacina (B3) y ácido fólico (B9)- y son una gran fuente de fibra nutricional.
Así que, en este tiempo de frío intenso, tenemos que abrigar y nutrir el cuerpo por dentro, por eso Mónica Ponti nos trae una receta con muchísimas calorías y riquísima: un popular GUISO DE LENTEJAS. “Es una receta de mi abuela, que ella preparaba con tanto cariño para su familia…” nos cuenta Mónica.

INGREDIENTES
Carne picada 500grs, dos chorizos, panceta en plancha 200grs, cebollas 2, morrón 1, zanahoria 1, ajo 2 dientes, calabaza, lentejas, puré de tomates. Condimentos: a elección, caldo.

PREPARACION
Colocar la olla en el fuego, agregar un poquito de aceite, dorar ahí la carne picada, el chorizo y la panceta, agregar la cebolla, morrón, zanahoria, y el ajo cortado en brunoise. Ir revolviendo, agregar las calabazas cortadas en cuadraditos, el puré de tomates, y el caldo, cocinar unos minutos y por último agregar las lentejas previamente, remojadas y enjuagadas, hasta su completa cocción. Ir agregando caldo a medida que le vaya faltando, colocar en una fuente, espolvorear con abundante queso rallado, y un poquito de perejil bien picadito para decorar.
¡¡¡A comer el guiso!!!