ENTREVISTA a Marina I. Insermini

ENTREVISTA a Marina I. Insermini

Dialogamos con Marina I. Insermini, de origen sarmientense, quien vive en Misiones y triunfa en el mundo de la danza, y afirma que: “…el talento abre las puertas del éxito, pero la humildad y la gratitud las mantienen abiertas…”

E.A.: Se presenta.

M.I.: Soy Marina Insermini, tengo 35 años, soy nacida en Capitán Sarmiento y cuando era niña me mudé  a la ciudad de  Oberá,  provincia de Misiones. Mi abuela era misionera, Catalina Galeano, casada con Andrés Insermini. Un día me trajeron desde Capitán Sarmiento de vacaciones a Misiones, me encantó y decidimos venir con la familia. Me encanta Misiones y su naturaleza.

E.A.: En los últimos tiempos, ¿visitó la ciudad?

M.I.: Sí, he vuelto de visita el año pasado, de vacaciones. Tengo mis parientes, mi tía Nancy y Betina Insermini, mis primos y mis hermanos Fede y Franco Iakich. Me gusta de Sarmiento el campo, el paisaje de la llanura pampeana. Y la calidez y tranquilidad del pueblo. Alguien que recuerdo de Capitán Sarmiento es al  padre Carlos que me bautizó y me dió mi primera comunión.

E.A.: Cuéntenos a qué se dedica.

M.I.: Cuando llegué a Misiones comencé a estudiar danza. En principio en esa época había sólo danzas clásicas,  españolas y modern jazz, con el correr del tiempo surgieron otras disciplinas y amplié mis estudios. Luego comencé a estudiar flamenco y por esta razón mi mamá decidió regalarme para mis 15 años un viaje a España que luego se tornó un recorrido por toda Europa. Y  así empezó el viaje de mi vida dancística,  como lo digo yo. Continué estudiando en la Fundación Julio Bocca, lugar que amo intensamente y que fue cuna de mis sueños y el inicio de la realización. Me recibí de profesora superior de Danzas clásicas, españolas, árabes y modern jazz con 18 años y comencé a trabajar en Misiones, recorrí la provincia dando clases, al mismo tiempo entrenaba como bailarina y me presentaba en cuanto certamen había. Así fue como obtuve un sin fin de premiaciones, medallas y trofeos que mi madre guarda con orgullo, ya que fue ella quien me apoyó siempre en esta carrera que decidí emprender.

E.A.: Su mamá, Raquel participó alguna vez de  El Argentino.

M.I.: Como herencia de mi mamá Raquel Insermini, tuve su inclinación e  ingresé en la facultad de periodismo – carrera que no ejerzo-  quien fue colaboradora de este diario.

E.A.: ¿Cómo llegó a Egipto?

M.I.: Con el correr del tiempo comencé a explorar otras danzas como la árabe y la hindú, eso me llevó a viajar a Egipto en el año 2011 y ahí se marcó un antes y un después con la danza, entendiendo que todo lo que había aprendido en Argentina sobre la danza árabe era apenas una aproximación de la realidad. Luego viaje dos veces más y comencé a estudiar una carrera y pude obtener una Certificación Internacional con el aval del Ministerio de Cultura y Educación de El Cairo, convirtiéndome en la primera y única en el nordeste argentino en tener este título.

E.A.: ¿Tiene su propio instituto de enseñanza?

M.I.: Sin descuidar ni por un minuto mi Instituto propio seguí realizando actividades para las alumnas y para toda la provincia. En el año 2017 y 2018 estuvo Eleonora Cassano dictando clases para mis alumnas y la convocatoria fue tan grande que se acercaron alumnas de otras academias de la provincia, también un profesor de la Fundación Julio Bocca dictó seminarios de perfeccionamiento y el mismo entregó becas de estudio, así como también la bailarina y profesora Naiarah integrante el Grupo del Nilo, el Festival egipcio más importante. Hoy en día solo bailo en el exterior por una elección personal y aquí en Argentina me dedico a brindar mis conocimientos y experiencias para formar bailarinas.

E.A.: Marina, ¿cuáles son sus proyectos?

M.I.: Actualmente sigo dictando clases en mi Instituto que este 2019 cumple 15 años, sigo viajando y trabajando como bailarina representando a mi país en Egipto y sigo trabajando en el Movimiento Por la Ley Provincial de Danza, la Asociación Argentina de Trabajadores de la Danza y en la organización de eventos y certámenes siendo integrante de la Confederación Internacional de la Danza CIAD.

E.A.: ¿Algún mensaje?

M.I.: Pienso que uno tiene que tener una meta fija y realizarla, esforzarse, trabajar y buscar la excelencia. Nada viene por suerte. Tengo el talento y las condiciones pero entrené mucho y trabajé muy duro. Logré llegar a lugares que jamás pensé gracias a mi profesión, pero siempre mantuve una posición de gratitud.

Hay una frase que me gusta: el talento abre las puertas del éxito, pero la humildad y la gratitud las mantienen abiertas. Entonces si alguien quiere bailar tiene que hacerlo y ya, buscar opciones, entrenar, trabajar duro, hacer ciertos sacrificios y el éxito va a llegar. Y una vez llegado el éxito, saber agradecer.