ENTREVISTA A POCHO RABELLINO

ENTREVISTA A POCHO RABELLINO

Hoy hablamos con el popular Pocho, que días atrás estuvo en boca de todos por su iniciativa de diseñar la rotonda…podríamos llenar páginas con tantas historias…

“Finalmente agradezco a la vida y lo mejor que tengo que es el grupo de amigos, y una familia extraordinaria”, nos dice.  

Soy Gabriel Andrés Rabellino, tengo 69 años, y estoy casado con Maria Isabel Zurano,  arquitecta también; mis hijos son Regina Isabel, Ivana María, y Gabriel Adrián para diferenciarse de mí. Regina es arquitecta, Ivana María es pianista y está casada con Marcos Canal que es contador, y se vienen a instalar a Capitán Sarmiento, porque es también fonoaudióloga, y en pocos días inaugura aquí un Centro de Fonoaudiología. Gabriel también es músico, pero es diseñador industrial, compone rock clásico entre otras cosas. Hace dos años estuvo actuando en los 50 años de Termas de Guaviyu (Uruguay) y tocó en varios lugares de Capital con el grupo formado en la Facultad de la UADE. Además tengo cinco nietos que iluminan mi vida: Rached, Amarú, Roma, Tomy y Guadalupe.

E.A.: ¿Cuándo se recibió de arquitecto?

G.R.: Me recibí hace 25 años en La Plata, Facultad de Arquitectura, el 23 de diciembre, y había pedido prórroga en el servicio militar, y el 10 de enero entraba o perdía un año, hice los trámites rapidísimos, y entre a un curso que éramos 96, yo quería que me tocara muy lejos para conocer o muy cerca para venirme a casa. De los 96 salimos 16  elegidos después de 4 meses intensos de adiestramiento, con el grado de subteniente y firmé contrato durante un año, en el Comando de Institutos Militares en Campo de Mayo, allí aprendí mucho de arquitectura, hice varias obras, por ejemplo el arco de entrada, la escuela de enfermería, la capilla de la escuela de infantería y otras cosas mas.

E.A.: Es un arquitecto muy especial, porque le da una onda creativa…

G.R.: Yo lo que trato es no perder el tiempo, me levanto a la mañana criticándome y a la noche a veces me acuesto contento.

E.A.: ¿Cuantos años en el Rotary Club?

G.R.: 42 años y es más: fuimos fundadores de Interac, con Rodolfo Cruz, Tito Ruiz, Oscar Rabellino, creo que son tres años de Interac, y 42 de rotario. Pepe Demergasso era el más antiguo, y yo entre de pibe, ahora el más antiguo es Rodolfo Cruz y luego sigo yo.

E.A.: ¿Qué puede decir de su actividad como aviador?

G.R.: Estoy tan ocupado, que a veces uno se toma compromisos, estuve 10 años en Carmen de Areco, en la municipalidad, y luego dos años en este municipio para ayudar a un amigo: Alberto Tirante. Colaboré siempre con cualquier color político porque fue el país que me dió la posibilidad de estudiar, en universidades públicas y de alguna manera debo devolver lo que hicieron por mí.

E.A.: ¿De donde surge ese espíritu colaborativo y solidario?

G.R.: De Rotary Club. Lo bueno que tiene que allí uno larga una idea, y los demás integrantes la apoyan si creen que es correcta, entonces hay más fuerza para realizarla. Solo no podría. Estoy en otras entidades –colaboro- dentro de lo que puedo y de lo que sé, lo que hago lo siento fuertemente, sirve, me hace feliz, todos pueden dar y se recibe mucho más.

E.A.: ¿Es cierto que una vez planificó un puente en la ciudad?

G.R.: Ese puente era en la municipalidad, está el proyecto, es del edificio viejo municipal al edificio de enfrente. En esa época hice el proyecto de lo que está construido en el anexo, en frente, se continuaba, era una extensión, de 4,50 metros sobre la calle Centenario. Hicimos varios proyectos como el cruce de la estación, por ejemplo, la avenida de circunvalación, que no tenía nada que ver con lo que vemos ahora. Con la ayuda del agrimensor que era el jefe de tierras de La Plata, que marcó todos los barrios del país, volamos en un avioncito que tenía y sacamos fotos a todo el pueblo, y de allí marcamos la avenida de circunvalación.

E.A.: Al margen de la rotonda, ¿qué otros proyectos tiene en mente, o metas para decir: “antes de retirarme quiero hacer esto”?

G.R.: Me llama la atención la cantidad de trenes que circulan bajo tierra, esto se hizo en grandes ciudades del mundo, pasando debajo de edificios enormes. En el campo hacer un túnel no es nada, y desde el centro, desde el Banco Nación hasta el Cahuane hay 4,29 mts de altura, tranquilamente si se enterrara el ferrocarril con un túnel -las vías- se uniría el pueblo en todas sus partes. Se rescataría todo el corazón de la ciudad, lo que es la estación y su entorno. Digo que al enterrar el tren con las vías se ganarían dos cuadras en toda su extensión, de paso a nivel bajo a alto, todas esas cuadras con lo que redituaría inmobiliariamente se compensaría con el costo de la obra, además se uniría al pueblo para siempre. Pero esto tal vez se haga porque se está haciendo en todos lados. Eso me gustaría planificarlo.

E.A.: ¿Cómo vé la ciudad?

G.R.: El pueblo está mejor que nunca, es una ciudad viva, y no hablo desde el lugar político, no me interesa, pero admiro a los políticos, soy radical, pero no me importa quien hace las obras pero que las haga, ya sea del color político que sea. De Ostoich rescato que sabía más que los profesionales que lo rodeaban, ya sea de los planos o las obras. Del intendente actual veo el empuje que tiene, le queda chico el pueblo podría hacer cosas más grandes y beneficiar a más gente. Cada vez que lo vamos a ver para colaborar, ya que es un empleado nuestro, y debe ayudar para que el beneficio sea para todos, se presta.

E.A.: ¿Cuantas casas construiste?

G.R.: Mas de 300 casas. En la quinta lotee todo y hay veinte y pico, y en el barrio Vavis también en forma individual, en fin…muchas. No lo hice yo solo, me ayudó Vicky ella estaba en el tablero y a mí me gustó siempre la obra. Cuando vine a Sarmiento había uno o dos profesionales. Recuerdo a Fernando García y Ruben Nomdedeu que se fueron enseguida. El pueblo estaba acostumbrado a contratar un constructor y hacer la obra, lo que no sabe la gente que es preferible perder un mes en un tablero o contratar un arquitecto, porque  es más fácil borrar veinte mil líneas, y no borrar pasos en la obra, en un buen proyecto está todo planificado y no se debe borrar nada. Corregir en la obra es muy costoso. Hay casas que tienen 100 mts2  con dos dormitorios y no le alcanza para el garaje, yo tengo realizadas cabañas de 25 mts2 que tienen una comodidad increíble.

E.A.: ¿Alguna reflexión final?

G.R.: Estoy feliz con la vida que tengo, tuve suerte, estoy haciendo lo que quiero, hace un año que compré otro avioncito y no lo puedo poner en marcha porque no tengo tiempo. Tengo hasta los tornillos… Finalmente agradezco a la vida y lo mejor que tengo que es el grupo de amigos, y una familia extraordinaria.