LA VUELTA DE OBLIGADO

LA VUELTA DE OBLIGADO

La gesta deliberadamente oculta

Es ineludible que la enseñanza de la historia se vea teñida por la política. Los de mi generación lo sufrimos tanto en la primaria como en la secundaria. En los años infantiles de Perón estaba prohibido hasta el nombre, por ende la historia argentina que surgía de los manuales finalizaba invariablemente el 16 de octubre de 1945. Nadie en ningún lado se ofrecía a explicarme qué había pasado en el país en los años siguientes.

Durante la adolescencia, ya Perón – aun desde el exilio- había irrumpido en la escena, así que me fue fácil, averiguar por las mías de quien se trataba. Sin embargo el ninguneo docente se ensañaba con otro período, nada menos que 20 años del siglo XIX, aquellos gobernados por Rosas, pintado como un dictador implacable, sanguinario y terrateniente. Era aún más difícil que en el caso de Perón, averiguar por las mías quien en realidad había sido Rosas. Mi quinto año coincidió con el año 1973 y los docentes se animaron a llenar el vacío. Una profesora de historia que me acusaba de “salvaje unitario”, tuvo la brillante idea de organizar un debate sobre Rosas y la no menos audaz decisión de ponerme justo a mi como líder del equipo que tenía que defenderlo. Protesté muchísimo, ya que me iba a ser muy complicado defender a alguien a quien había aprendido a detestar. Por ese entonces ya se conseguían libros sobre Rosas, así que me enfrasqué durante dos semanas en ver si algo de bueno había hecho por la Patria. Cual no sería mi sorpresa al descubrir todo lo que se me había ocultado deliberadamente por años. Llegué al día del debate convertido en un furibundo rosista, además indignado y conduje a mi equipo a un triunfo incontestable.

De todos los descubrimientos realizados fui particularmente conmovido por la GESTA DE OBLIGADO, que siempre fue para mí un símbolo de la defensa de la soberanía nacional, solo opacado años después por la GUERRA DE MALVINAS. Existen muchas similitudes entre ambas y la más preocupante es el olvido con que se ha querido bañar a sus héroes. Asombrosamente y especialmente respecto de la primera, dicho olvido persiste. Mis hijos, alumnos de un excelente colegio, poco saben sobre ella.

Durante años concurrí al acto que en recuerdo de esta gesta se hacía en la Plaza San Martín, el cual confieso nunca fue multitudinario. El decreto 1584 del año pasado, nuevamente le otorgó el carácter de feriado nacional al Día de la Soberanía Nacional, a la vez que se inauguró un monumento en su recuerdo, en lugar del también olvidado y deteriorado memorial. Es un importante paso adelante y como tal merece mi reconocimiento.

También en 2010, tuve la oportunidad de conocer a la Profesora Beatriz Oquendo, decana de docentes y eximia poetisa, que trajo a la Biblioteca Popular Alberdi su Grupo “Allá por el diez”, el cual constituye un relato poético de la Revolución de Mayo. Ella me inspiró la idea de componer un CANTO A LA GESTA DE OBLIGADO y por eso se lo dedico. La poesía puede darle una mano a la historia para tornarla menos árida, dotar al relato de belleza y sin perder rigor histórico, poner al lector, en breve tiempo, al tanto de un hecho digno de ser recordado y homenajeado.

Espero haberlo logrado, pero de todas maneras pienso que puede ser de utilidad para tantos docentes que frecuentan este blog y quieran poner en conocimiento de sus alumnos, de modo un poco más ameno, una gesta esencial en la defensa de la soberanía nacional. Haber apoyado el recuerdo y la difusión de un hecho esencial de nuestra historia, deliberadamente ocultado, es algo que me debía hace mucho tiempo. Básteme ello pues  como alegría y satisfacción.

Enrique Momigliano