VIOLENCIA
Del latín “violentĭa”, la violencia es la cualidad de violento o la acción y efecto de violentar o violentarse. Lo violento, por su parte, es aquello que está fuera de su natural estado, situación o modo; que se ejecuta con fuerza, ímpetu o brusquedad; o que se hace contra el gusto o la voluntad de uno mismo. Por eso la violencia, es un comportamiento deliberado que puede provocar daños físicos o psíquicos al prójimo. Es importante tener en cuenta que, más allá de la agresión física, la violencia puede ser emocional mediante ofensas o amenazas.
Cabe recordar que Mahatma Gandhi, uno de los máximos exponentes de la no-violencia y del pacifismo, reconocía que no existe ninguna persona completamente libre de violencia, ya que ésta es una característica innata de los seres humanos.
Desde que el hombre es hombre, nos percatamos que en su esencia hay rasgos de violencia de manera innata, ya que es un factor social de competencia y supervivencia que tendrá que coexistir en el ámbito social, por eso existirán y surgirán instancias que frenan y refrenan al mismo hombre: tal es el derecho, la moral, los valores, etc. Claro que desde el principio de la humanidad el hombre debió competir con el medio ambiente para poder subsistir, y dentro de esa época la violencia era algo normal, ya que animales prehistóricos y clima hostil era algo común. Pero con el correr de los tiempos –llegando a nuestra época- la situación ha variado, ya no hay un medio ambiente salvaje, ahora existe una sociedad organizada, con el encuadre jurídico que combate a la violencia, ya sea agresión entre vecinos, parejas, hijos, ancianos, etc, todo está sumamente legislado para que cesen los episodios violentos. Claro que no todo es un lecho de rosas, porque los situaciones violentas siguen dándose en la sociedad. Pequeños hechos desencadenan un episodio entre personas que pueden convertirse en un una situación de suma gravedad. Tal es el caso del día domingo 5 de noviembre donde un vecino conocido por todo el pueblo de nuestra ciudad, por ser una persona adulta, de un buen nivel cultural y social, con una importante capacidad solidaria –años como bombero voluntario- por un intercambio de palabras debido a un posible accidente de tránsito que no ocurrió, recibió de parte del conductor de una motocicleta un golpe de puño que le provocó un desmayo, y el agresor lejos de detenerse para indagar sobre el estado de la víctima de su agresión, se dio a la fuga cobardemente. Cualquiera podrá decir que este es un episodio mas de violencia, pero no, esto se viene repitiendo muy seguido en nuestra localidad.
Las causas son infinitas, ya que como decimos la violencia esta insita en el ser humano, pero recordemos que las reglas jurídicas impuestas por la sociedad serán las encargadas de que el ser humano reprima esta conducta. Pero esto no es suficiente, también hay que respetar las autoridades creadas para controlar estas reglas sociales. Como así también las normas de conducta moral impartidas desde el seno familiar, escolar, religioso, cultural etc. No nos olvidemos que los medios de comunicación no colaboran mucho, ya que desde sus pantallas no dan a conocer día a día mucho ejemplos violentos, que quedan en nuestra retina, y en algunos lejos de calmar su ansiedad crean un germen de violencia hacia el otro. Sin entrar en la violencia familiar y la de género, y siguiendo con este ejemplo local, podemos afirmar que en algunos barrios, se definen las disputas en forma muy violenta, llegando incluso al uso de armas, lo que es sumamente grave para una sociedad pequeña como la nuestra donde todos nos conocemos. Donde también conocemos, al policía que camina vigilando las calles, al inspector que controla el tránsito, a las autoridades que después van a juzgar el hecho violento, y fijarán una pena al agresor. Volvemos a preguntarnos ¿Cuáles son las causas?
Mi amigo dice que proviene de la educación, que cada día es menos eficiente. Pero también podemos decir que sí, desde la casa al niño se lo está educando y conculcando valores que después debe revalidar en la calle. Si en la familia se genera gran parte del problema, esto es el resultado de la crisis de la pareja, en consecuencia tanto las personas adultas como los pequeños viven esa realidad y se torna «normal» (gritos, maltratos a la autoestima, golpes, por citar los casos) Si a los niños se les induce a la violencia, a través del juego –video juegos- , entonces la violencia es divertida.
Si desde chiquito vive la violencia como algo natural, cuando salga a la sociedad se desempeñará de la misma manera: violentamente.
También la sociedad es violenta porque ha perdido la CAPACIDAD DE ASOMBRO: ya no nos afecta el terrorismo, el que día a día amanezcan decapitados, o una mujer golpeada por su marido. Por eso la crisis de valores, pues hay CONFUSIÓN de valores y eso crea ambigüedad en el hombre y más quien se encuentra indefenso, si no tiene marcos teóricos que lo ayuden o rescaten.
No tenemos una explicación para este problema solo reflexionamos: que la falta de valores está a la orden del día, porque es la cultura del «sálvese quien pueda», porque la gente se fue acostumbrando a mirar su ombligo y si esta bien él no importa el otro.
En una palabra cada vez somos menos solidarios, y menos apegados a la ley.