BASURA Y DELINCUENCIA

BASURA Y DELINCUENCIA

Esta semana nos despertamos con que la recolección de residuos no se había realizado, después con el devenir de las horas del lunes nos enteramos que se debía a un paro de los trabajadores del corralón por reclamos de mejoras en las condiciones de trabajo. Hasta aquí todo bien porque si los trabajadores están haciendo sus tareas en condiciones insalubres, eso no puede ser. Pero la culpa no es de estos operarios, la culpa es del administrador municipal –llámese intendente- que no sabe dirigir la municipalidad con los fondos que le gira la Provincia.

Esta situación se viene repitiendo seguido en el Pueblo, cuando no es por reclamo laboral, es por falta de servicios, o trabajos en las calles que no se realizan entre otras cosas. También es para recordar que hasta no hace mucho Capitán Sarmiento era una ciudad en la que reinaba la calma, no había delitos o contravenciones, era un paraíso a los ojos de Ostoich. Parece que de un tiempo a esta parte, nunca en la historia de esta ciudad hubo tantos procedimientos contra la droga, pero claro ordenados desde un Juzgado de San Nicolás.

“A buen entendedor…” concluimos que durante la Gestión Ostoich nos estaban ocultando la realidad. Que la policía local no estaba trabajando como debía ser en ese tema, pero la verdad es que esto demuestra lo equivocada que es la idea del gobierno anterior, que depositaba la decisión fundamental respecto de la seguridad en el poder ejecutivo local (intendente), porque esto demuestra que no saben nada al respecto.

No es posible que un intendente sepa mas de seguridad que un comisario, este último es un funcionario que estudió para recibirse en este tema específico, el intendente ¿que estudió? Nada. Solo es voluntad puesta al servicio de la seguridad, pero con eso no se puede pensar un plan de seguridad, es imposible. Lo que si estamos seguros que ese poder delegado en todos los intendentes –no solo el nuestro- sirvió a los intereses políticos de ellos, en el distrito donde gobernaban. Una fuerza policíaca, en casos dos o tres –Comunal-Local y Rural- que respondía a los intereses políticos del intendente de turno. En consecuencia fue que el delito se desmadró, y la droga extendió sus raíces en cada comunidad, porque en realidad no estábamos protegidos por quienes decían protegernos. Una vez más la política metió la cola donde no debía.

Entonces tenemos que solo las personas que se dedican a la seguridad pueden investigar y prevenir para  que la droga no se extienda en todo el ámbito de la ciudad.

En este caso primordial la Justicia está investigando a fondo el trasfondo delictual que genera el estupefaciente en Capitán Sarmiento, con personal local y de la Departamental, y en poco tiempo estamos viendo resultados que a veces asusta. ¿Había tanta droga en nuestra ciudad? Y ¿cómo no nos dábamos cuenta? Huele mal todo este asunto, pero nos debe abrir los ojos para estar alertas, ya que hasta hoy nuestro representante en el poder ejecutivo no supo manejar este tema, como muchos otros, y nos está llevando a los peores dos años de gestión que podamos haber visto.

Volvamos al problema de los trabajadores municipales, porque hoy también es tema, no se está manejando bien las cosas desde el municipio. Si a eso le agregamos que la maquinaria municipal se encuentra en un estado desastroso, no hay Champions, no hay camiones recolectores de residuos, no funciona la planta depuradora, no se sabe como funciona la planta de reciclados de residuos urbanos, crecen los pozos, los caminos rurales se borran del mapa, la plaza se esfuma de la ciudad, y todo delante de nuestros ojos. Los Concejales: ¿qué  hacen al respecto? ¿qué controlan? ¿qué debaten? ¿no interpelan a los funcionarios municipales? Nos parece que a nuestros ediles le están faltando agallas, algunos porque se cebaron porque ganaron las elecciones, y otros porque se van y no volverán. Mientras tanto la realidad continúa golpeando delante de nuestros ojos y el ciudadano no sabe que hacer, a quien reclamar, y para colmo faltan dos años para que haya elecciones nuevamente, ¡dos años! Para una ciudad como la nuestra es mucho tiempo para esperar, por eso los habitantes de Capitán Sarmiento debemos reclamar a quienes votaron las últimas elecciones, y exigir que cumplan con sus promesas preelectorales. No hay nada que hacer: el que no llora no mama.