Entrevista

Entrevista

Dialogamos con un vecino de nuestra ciudad que fue elegido en dos oportunidades para ser jurado: “Es una experiencia enriquecedora. Uno piensa que de alguna manera, contribuye con la justicia para que medianamente se hagan las cosas bien. Ojala sirva para algo.”

Y si por las dudas, Usted es convocado, lea la nota y ya va a saber de qué se trata.

E.A.: Se presenta.

R.G.: Me llamo Raúl Alberto García, tengo 73 años, me dedico a la plomería, que es mi profesión desde los 13 años  hasta ahora.

E.A.: ¿Cuándo fue que lo convocaron como jurado y en qué tipo de juicio?

R.G.: Me convocaron en dos oportunidades. En la primera oportunidad fue el 15 de mayo del año 2017  y en la segunda el 11 de septiembre del año 2017. El año que me tocó todos los documentos terminaban en 428, de hecho mi número de documento es 4. 690.428. Este año estarán con el 429. Lo mío fue raro, porque no llaman a las mismas personas sino después de pasado un período de 3 años. Los dos casos bastantes complicados, homicidios.

E.A.: Cuéntenos su experiencia.

R.G.: Bueno, primero te citan por cédula a través del Juzgado de Paz. Uno tiene que presentarse, es una carga pública, no hay forma de eludirla. Luego te avisan cuando te vienen a buscar, juntamente conmigo iba otro muchacho, pero fue por su cuenta con su automóvil. Me vinieron a buscar a las 3 y algo de la mañana en una kombi. Pasamos a buscar a dos personas de Arrecifes, una mujer y un varón; los tres quedamos como titulares. Me llevaron y al llegar al Juzgado nos presentamos con el documento y nos dieron un número.

E.A.: ¿Cómo es el sistema de selección?

R.G.: Y con ese número pasamos a ser parte de un grupo de 50 personas convocadas, de las cuales eligen 12, y 6 suplentes. De esa forma se aseguran llegar al número. Siempre con un numerito colgando, nos entregan una planilla, la que llenamos; tanto el abogado del acusado como los fiscales revisan la planilla y eligen a las personas que serán jurados. Somos elegidos y cuando empieza el juicio empezamos a escuchar las acusaciones como las defensas. El acusado está presente y al frente nuestro.  Ahí recién uno se entera de cuál es el caso. Están los jurados, el fiscal, el abogado defensor, y familiares de uno y otro lado. Entre los jurados hay gente de Baradero, San Pedro, Ramallo, Arrecifes, San Pedro, de distinta edad.

E.A.: ¿Cuánto tiempo dura el juicio?

R.G.: Son dos días, luego nos devuelven a la ciudad de origen. Salimos a las 3 de la mañana, a las 8 estás en el Juzgado, todo ese día, a la noche te vas al hotel, al otro día todo el día hasta la tardecita que termina todo. Se almuerza y se cena enfrente del Juzgado. Nos alojamos en un hotel, el Yaguarón, ahí dormimos una noche. A cierto tiempo, nos indican que tenemos que ir a cobrar al Banco Provincia por el sistema Ticketec. En realidad, es una linda paga porque además de habernos alojado, y habernos dado de comer, nos pagaron $2.400.

E.A.: ¿Cómo se desarrolla el juicio?

R.G.: En ningún momento se sabe el nombre de los que están ahí. Nos dan un número y no conocés a nadie. Mientras estamos escuchando no se puede hablar. Mientras declaran, uno va haciéndose una composición de lugar, va descubriendo el tema. Sólo podés escuchar. Una vez que termina el alegato final, retiran al acusado, y nos dejan solos. Y ahí sí deliberamos.

E.A.: Hábleme de los casos en cuales participó. ¿Cuál fue el resultado? ¿Estuvieron todos de acuerdo?

R.G.: Por suerte en las oportunidades en que me convocaron quedé como titular, eligen a 12 personas, 6 mujeres y 6 varones; y además 6 suplentes que pueden ser varones o mujeres indistintamente. Pero la responsabilidad es de los 12 titulares. El 1er caso que tuvimos fue un señor que trabajaba en una panadería, el panadero vivía en la planta alta y la panadería estaba abajo. Este señor, el acusado, que era drogadicto, y empleado de la panadería, un día fue y lo mató al dueño para robarle. Obviamente, resultó culpable. En esa ocasión, el jurado votó unánimemente. El caso había ocurrido en San Nicolás. El 2do caso era de un hombre policía, de San Pedro contra un chico de Santa Lucía. En un forcejeo el policía, a quien le querían robar el arma entre 3 o 4 se le escapa un tiro y le compromete la columna vertebral del muchacho y éste muere. En este caso resultó inocente el policía y no fue unánime la votación. Fueron 8 votos a favor de la inocencia  y 4 votos lo consideraron culpable. En esta oportunidad me tocó a mí presidir el jurado, porque como yo era el único que tenía una cierta “experiencia”, me designaron entre todos. Yo les expliqué que la mejor forma era hacer una votación secreta en un papel, luego ponerlo en una mesa y se abrían los votos y en base a eso se resolvía cómo nos íbamos a manejar. De todas maneras, resultó 8 a 4.

E.A.: ¿Qué le encontró de positivo y qué de negativo?

R.G.: De negativo, nada; lo único es el hecho que te complique en tu trabajo los dos días que vas a estar abocado a esta tarea, en mi caso que soy cuentapropista. Yo creo que es importante participar. De esa manera contribuímos a que mejore la justicia. El primer día todos están nerviosos, tenés una incertidumbre importante y pensás ¿en que me metí? Lo interesante es que es una linda experiencia, porque es algo que uno vé en las películas, generalmente en las norteamericanas. Uno vé que hay un jurado, en las películas, en los juicios, y piensa ¿y éstos quienes son? Ahora sé que son ciudadanos comunes.

E.A.: ¿Volvería  a ser jurado?

R.G.: Creería que no me van a llamar. Si me llamarían iría con gusto. Conocés gente que no vas a volver a ver, de distintos lugares.

E.A.: ¿Qué le aconsejaría a alguien que ha sido elegido?

R.G.: Les aconsejo a todos que vayan tranquilos si son elegidos. Es una experiencia enriquecedora. Uno piensa que de alguna manera, contribuye con la justicia para que medianamente se hagan las cosas bien. Ojala sirva para algo. Que  nadie  tenga miedo. En realidad es lindo, es algo distinto, es participar de algo que normalmente uno no haría. Ayudamos a la sociedad y a la justicia.