57 AÑOS DE AUTONOMÍA LOCAL
Por Andrea Liliana Cerdeyra
CAPITÁN SARMIENTO Y SU PATRIMONIO CULTURAL Suena la bocina de un tren lejano que ya no está. Seguramente se ensanchan de orgullo los rieles, vibran las paredes de La Estación y del túnel; alguna “zorra” se asoma en el recuerdo de los trabajadores y muchos chacareros vuelven a sentir el olor del maíz… Una gran emoción se vivió cuando se escuchó la Marcha de San Lorenzo en la inauguración de uno de los recuperados galpones del Ferrocarril. Fue interpretada por la Banda del Regimiento de Artilleria 1 Brigadier Gral. Iriarte del Ejercito Argentino bajo la Dirección del Mayor Sergio Mastandrea. Recuperar nuestra historia no sólo con recuerdos, sino también con acciones, es parte de nuestro compromiso como ciudadanos de esta localidad. Eso es patrimonio. Es la convicción de que lo material y lo emocional se unen en un espacio común para ser testimonio de una identidad que nos es propia y que nos plantea ante las nuevas generaciones, la propuesta de poner en valor lo de antes para dar significado al presente y al mañana.
UN POCO DE HISTORIA El 25 de mayo de 1882, en Arrecifes, se inauguraba la Estación del Ferrocarril Oeste, con la infaltable presencia del gobernador, Dr. Dardo Rocha y sus ministros. Esta línea uniría San Antonio de Areco con Pergamino, creando estaciones entre ambos puntos, entre ellas la de Capitán Sarmiento, producto de una donación de tierras hecha por el señor Carlos Urioste, hijo de uno de los primeros pobladores, don Félix Urioste, quien se hubiera radicado por la zona entre 1820 y 1825 y que falleciera en 1835. Así, con el correr del tiempo, se formaría una pequeña villa en los alrededores de la Estación. En 1884, más precisamente el 11 de junio, en los alrededores de la Estación Capitán Sarmiento se fundó un nuevo poblado. Esa proyectada y aprobada traza para el pueblo y las quintas circundantes, que abarcaban una superficie de 168 hectáreas, data de 1887. También funcionaban, por entonces, una escuela y una capilla, en la cual se veneraba al considerado Patrono del pueblo: San Carlos de Borromeo. La denominación del nuevo Municipio, así como el de la ciudad cabecera del mismo, recuerda a Domingo Fidel Castro, hijo de Benita Martínez Pastoriza, quien al contraer enlace en segundas nupcias con Domingo Faustino Sarmiento, adjudicó al hijo de Benita el apellido del maestro sanjuanino. «Dominguito» Sarmiento, aquel que murió en la batalla de Curupaytí, durante la Guerra contra el Paraguay. La población crece y los deseos de autonomía del Pdo. de Arrecifes, también. Desde 1905 se conocen gestiones tendientes a lograr la autonomía de lo que luego sería el Partido de Capitán Sarmiento; en ese año el Senador Provincial Octavio Chaves presentaría un proyecto en tal sentido. Pero el mismo, y luego de dos años, fue archivado, aduciéndose que las Comisiones por las cuales había pasado dictaminaron «falta de antecedentes» También en 1919 y continuando con la misma temática, hubo otra tentativa de autonomización de lo que sería Capitán Sarmiento solicitada por Juan Mármol. Tampoco tuvo éxito. En 1927 se vuelve a plantear la autonomía del futuro Partido de Capitán Sarmiento; los que repiten la presentación ante la Legislatura bonaerense son los señores Carlos Delformo y Santiago Garayo, pero con el mismo resultado negativo. Finalmente el 29 de junio de 1961 sería sancionada la Ley 6485/61 mediante la cual se creaba el Partido de Capitán Sarmiento, promulgada por el Poder Ejecutivo Provincial. El mismo instrumento jurídico declaraba a Capitán Sarmiento «ciudad» y también se la nombraba cabecera del nuevo Distrito y los cuarteles 11, 12, 13 y 14 y, parcialmente, los números 15 y 16 de la Comuna de Bartolomé Mitre (Arrecifes). Las fotos de ese día muestran personajes y personas que fueros protagonistas. Desde el Delegado Salamero hasta los chiquitos que desfilaron. La entrada de la comitiva por una Av. Alem angosta y llena de árboles; lo protocolar y las actividades culturales que durante varios días fueron el corolario de años de lucha por el logro de una autonomía bien merecida.