LA RANA

LA RANA

Un día en el mundo un organismo internacional decretó que el corona virus es una pandemia. En Europa el virus se expandió rápidamente y aquí en la Argentina nuestro presidente que es muy cuidadoso decretó AISLAMIENTO SOCIAL PREVENTIVO Y OBLIGATORIO o  cuarentena  en todo el país por allá a fines de marzo. Lo hizo a través de un decreto de necesidad de urgencia (DNU) que lleva el número  297/2020, una facultad que tiene el poder ejecutivo en casos especiales con  el “objetivo de proteger la salud pública como una obligación inalienable del Estado nacional, se establece para todas las personas que habitan en el país o se encuentren en él, la medida de “aislamiento social, preventivo y obligatorio”, por un plazo determinado, durante el cual todas las personas deberán permanecer en sus residencias habituales o en el lugar en que se encuentren y abstenerse de concurrir a sus lugares de trabajo”. Estableciendo también  “la prohibición de desplazarse por rutas, vías y espacios públicos, a fin de prevenir la circulación y el contagio del virus COVID-19”. Al principio pareció atinado pero después con el tiempo de cuarentena pasamos a más de cien días, el período más largo en el mundo, y la gente se empezó a cansar de vivir encerrados. Ahora, que según los científicos que asesoran al presidente estamos en el pico máximo, la sociedad no aguanta más. Y para al gobierno es lo mas cómodo que existe para gobernar un país con serios problemas, no solo de salud sino también económicos, y la gente se fue acostumbrando –por miedo- a vivir encerrada. Nada más lejos de la realidad. Desde el punto de vista jurídico, estamos dentro de una dictadura camuflada, las libertades individuales amparadas por la Constitución Nacional en el art. 14: el derecho a entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino, está pisoteada por el DNU presidencial. ¿Ante quién puede reclamar el ciudadano? El Poder Judicial no funciona y lo poco que se hace ante este período es solamente de urgencia, no tiene el poder de controlar al poder ejecutivo en sus decretos de necesidad de urgencia, porque además está amenazado con una potente reforma, que en la práctica lo disciplina políticamente. El congreso nacional está con las mismas limitaciones, funciona en forma virtual, que es lo mismo que no funcione. Tiene la facultad de controlar al ejecutivo pero no lo hace, acepta sus DNU sin chistar –hay mayoría oficialista- y si, en cambio se reúne para debatir leyes que nada tiene que ver con la pandemia, poco y nada de eso no se habla. En resumen el presidente Fernández gobierna a su gusto y placer, siempre con la sombra de la vice presidenta, que fija la agenda de las preocupaciones gubernamentales. Mientras tanto nadie hace piquetes, ni protestan, la mayoría de los empleados estatales, están a sus anchas, porque siempre trabajaron lo mínimo, tienen el sueldo seguro, y la cuarentena no los afecta, hay un festival de subsidios, y el caos económico está a la vuelta de la esquina. Pero ustedes, ¿se pusieron a pensar que a raíz del cercenamiento a la libertad de transitar libremente, ya no vemos a nuestros hijos, nietos, parientes y amigos, no podemos ir de una provincia a otra? Tampoco de un pueblo a otro, porque en todos lados se controla la entrada, en algunos lugares se han cerrado con taludes de tierra las entradas, algo inconcebible en este tiempo de auge de las libertades individuales. Alguien dijo que esto es un estado de sitio, pero el gobierno inmediatamente salió a desmentir, pero si no lo es, es lo más parecido: no hay libertades individuales en todo el país, para circular hay que tramitar un permiso especial, a este extremo hemos llegado, y nosotros  ¿nos damos cuenta?. El objetivo del gobierno fue implantar el aislamiento obligatorio, para prepararse cuando llegue el pico del Covid 19, ahora llegó y no estamos preparados según los ministros de salud de la nación, provincia y Capital Federal, entonces ¿para que empezamos la cuarentena en marzo? Señores y señoras esto es lo inexplicable de los actos de gobierno que se hacen sin el debido control constitucional. Pero esto es una omisión querida por el presidente, porque es muy fácil gobernar con DNU sin congreso y poder judicial que lo controle. Cuidado que no nos acostumbremos porque si no, nos va a pasar como la fábula de la rana: Una rana saltó un día a una olla de agua hirviendo. Inmediatamente, saltó para salir y escapar de ella. Su instinto fue salvarse y no aguantó ni un segundo en la olla. Otro día, esa misma olla estaba llena de agua fría. La rana saltó dentro y nadó tranquila por el agua de la olla. Estaba feliz en esa ‘piscina’ improvisada. Lo que la rana no sabía, es que el agua se iba calentando poco a poco. Así que al poco tiempo, el agua fría se transformó en agua templada. Pero la rana se fue acostumbrando, allí seguía, nadando plácidamente en ella. Sin embargo, poco a poco, el agua subió de temperatura. Tanto, que llegó a estar tan caliente, que la rana murió de calor. Ella, sin embargo, no se dió cuenta, ya que el calor aumentaba de forma gradual y se iba acostumbrando, cuando se dio cuenta ya era tarde se estaba friendo, …¡y no pudo salir de la olla…!!