EDITORIAL
LA HISTORIA VUELVE A REPETIRSE
La expresión italiana corsi e ricorsi está tomada de la teoría del acontecer histórico del filósofo de la historia Giambattista Vico (1668-1744) para el que la historia no avanza de forma lineal empujada por el progreso, sino en forma de ciclos que se repiten, es decir, que implican siempre avances y retrocesos. Aquí corsi significa ‘paso o evolución de algo en el tiempo’ (el curso del tiempo, el curso de los sucesos) y ricorsi no significa ‘medio para conseguir lo que se pretende’, sino ‘acción y efecto de recurrir’, ‘vuelva o retorno de algo al lugar de donde salió’. La historia es recurrente. En un lenguaje llano y siguiendo nuestro espíritu tanguero se simplifica como “la historia vuelve a repetirse…”. Casualmente leyendo el libro Juan Manuel de Rosas de Pacho O’Donnell en esa época por allá en marzo de 1835, Argentina era un caos, con sus luchas fratricidas, la antinomia unitarios o federales, problemas sociales, económicos, y la anarquía subyacente, hicieron que apareciera una persona con mucho carácter especial para imponer el orden público. Rosas fue el llamado por las autoridades de Buenos Aires, y para realizar su cometido y le concedió la suma de poder público, es decir gobernar a su gusto sin trabas legislativas y/o judiciales. Quiso darle un tinte democrático a su poder y sometió a estos a un plebiscito, que por supuesto le arrogó esas facultades al gobernador con un acuerdo del 50% de los votantes. Así llega Rosas al poder sin ninguna traba. Comienza democráticamente y termina con un régimen dictatorial. Ahora tomemos el principio de este editorial, ¿a qué queremos llegar? Si la historia es una consecución de ciclos que se repiten, en estos momentos en Argentina estamos viendo que muchas de las penurias que hoy se viven son muy parecidas a las de 1835 pero con diferentes personas, tanto de la sociedad como de la clase gobernante. No es preciso analizar mucho, las penurias actuales, y tampoco la orientación del gobierno, que si bien asume por el sufragio popular, en estos momentos –pandemia- el presidente de la Nación está gobernando con DNU, sin la intervención del congreso –poder legislativo- y la suspensión de actividades del poder judicial. Algo muy similar a lo ocurrido con Rosas. A eso hay que sumar una cuarentena interminable, que no nos permite circular libremente por nuestro territorio, un avance extraordinario del estado en todos los ámbitos: sociales y económicos, restricción a las libertades individuales, gobernando con el miedo al Covid 19, como en la época de Rosas era el terror a la mazorca. También estamos fluctuando hacia una anarquía, el pueblo no sabe quien gobierna, el poder ejecutivo es bicéfalo, esto confunde a todos, porque a veces las decisiones son distintas y se contradicen. ¿Cómo será Argentina pos pandemia? Nadie lo sabe porque el gobierno nacional no suelta prenda de lo que hará en materia social, económica o de seguridad. Por ahora se está enrollando en discusiones estériles, por ejemplo: respecto del tema Vicentín, o una reforma judicial, cuyo objetivo no es muy preciso, en lugar de poner orden para pensar una salida económica cuando termine el tema del corona virus. No nos olvidemos que Fernández llegó al poder con un poco más del 50% de votos, no fue todo el pueblo que lo apoyó, pero en lugar de buscar consenso con la oposición solo busca destruir los vínculos. Algo muy similar a 1835 la antinomia entre unitarios y federales, y el afán por destruirse unos a otros. ¿Será posible que nuestra república cambie este ciclo histórico que parece repetirse?. Parece que este es el desafío del actual gobierno, o cambia el curso de la historia o como el tango dice: “la historia vuelve a repetirse…” y el Pueblo pagará los platos rotos.