VIRUS

VIRUS

Con el advenimiento del Covid19, aparecieron en nuestra sociedad un sinnúmero de pandemias que existían pero que no les dábamos bolilla. El virus instaló el miedo, si el miedo al contagio y la posibilidad de morir también por su culpa. Este miedo nos congeló, nos paralizó, no nos permite pensar en libertad, y terminamos cautivos en nuestros domicilios, sin poder comunicarnos personalmente. Las autoridades que nos gobiernan se encargaron en sembrar estos miedos en la sociedad, y de esa manera tenernos cautivos, sin ninguna chance de desplazamiento. Así se pudo controlar la economía y la posibilidad de estallidos sociales ante la debacle económica.  Luego de una cuarentena interminable, y de hacernos quedar en casa para evitar el contagio, la plaga vino igual y nos colocó en los primeros puestos mundiales de contagios y muertes por millón de habitantes. Mientras tanto los políticos, desde  el ultimo legislador hasta el mismísimo presidente de la Nación, se pasean sin barbijos, cenan todos juntos siendo más de veinte personas, haciendo ver con su hipocresía, que ellos pueden y nosotros no. Se disuelven y persiguen a quienes realizan fiestas “clandestinas”  en los campos al aire libre, mientras que el presidente comparte una mesa con muchas personas en un país lindante, donde puede haber un nivel de contagio desconocido, es lo que el dicho popular dice “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”. Traducido soy el presidente y hago lo que quiero, algo peligroso en una Democracia, porque luego puede haber un acto individual de gobierno que esté fuera de la Constitución Nacional, y ya será tarde, el dictador de la película de Chaplin estará afuera. Además con la pata rota del sistema republicano como es el Poder Judicial, ya no existe control para el Ejecutivo y el Legislativo, y se rompió el sistema que constitucionalmente nos gobierna. ¿Será que es tiempo de una reforma constitucional? El tiempo lo dirá. Creemos que en este tiempo de pandemia todo puede ser posible en aras de la excepcionalidad, por eso es importante que la ciudadanía este atenta para que no sea defraudada por algunas ideas trasnochadas que enfoquen en esa dirección. El ciudadano es libre por naturaleza y si ha sacrificado distintas porciones de esa libertad es en forma excepcional. Por eso cuando vemos que los jóvenes se rebelan a las prohibiciones generadas por el gobierno invocando la pandemia, es comprensible, no puede haber un ser humano sometido a numerosas restricciones aunque sea en defensa de la vida, que es otro de los derechos naturales que tenemos, ya que ese joven ve que las autoridades que decretaron esas condiciones no las cumplen. No son tontos. ¿No sería hora de sincerarse mutuamente y fijar nuevos patrones sociales para regirse durante la existencia de este virus? Porque según los científicos el Covid19 dejaría de ser una pandemia para pasar a ser una enfermedad mas dentro de las conocidas, y a la cual habrá que tratar como una epidemia, y viviremos con el virus durante muchos años. Este flagelo no solamente será recordado por sus muertos, sino también por el daño psicológico que ha causado en todos los habitantes del mundo, sean niños, jóvenes, adultos o ancianos, eso se verá con  el paso del tiempo, y no creemos que para eso, haya alguna vacuna.