«TODO LLEVA SU TIEMPO»
Por Silvina Silva
Jamás logró desvestirme del traje de la urgencia, se ciñe sobre mí hasta la asfixia y me condena siempre a los apuros, como una batalla absurda y desde siempre perdida contra el tiempo, siempre estoy apurada, entonces cada vez que estoy físicamente en un lugar, mi mente va adelante preparando otra urgencia, como quisiera ser como mi viejo, que tipo que jamás estaba apurado, unas de sus frases era «TODO LLEVA SU TIEMPO» y se tomaba todo el que necesitará, él sabía hacer todo, de todos los oficios carpintero, jardinero, mecánico, pintor, albañil, y todo lo arreglaba y construía, pero era detallista y tranquilo, a veces yo hervía por dentro, porque me consumían los nervios ante su tranquilidad “dale pa, no te puede llevar todo el día” y el reía y como siempre “tranquila, nena que todo lleva su tiempo” A lo último, antes que la enfermedad lo consumiera, se levantaba temprano se iba a la galería a disfrutar el fresco, tomaba mate y pan con la LUPITA (su perrita inseparable) y después con mucha paciencia estaba armando una alacena para «la mamá» como él le decía a mi vieja, y ahí quedó el mueble a medio terminar pero perfecto, la verdad yo no heredé esa virtud, siempre apurada, nerviosa, maquinando en mi mente algún trajín o menester que aún no término, llena de pendientes que se extienden en mí como raíces venenosas, apurada de gusto, por costumbre, porqué sí, luchando contra el tiempo y dejando pasar la vida, algún día quiero cambiar ese sentir, andar a paso lento, sin apuros, relajar y disfrutar, me gustaría parar con esa sensación que me demanda y antes de morir aprender carpintería, tomar mate y pan con mis gatitos a la mañana y después terminar tranquila esa alacena que dejó inconclusa el viejo, despacito y a mi paso sabiendo que al final como el decía: “tranquilo nomás… TODO LLEVA SU TIEMPO”…