CLASES SI, CLASES NO
Parece mentira que en nuestro país todavía estemos discutiendo si hay apertura de clases presenciales o no. Si uno escucha lo que los protagonistas declaman por todos los medios de comunicación, deduce que para todos la educación es lo mas importante. Pero a la hora de dar sus puntos de vista ninguno coincide con el punto principal, y en los distintos planteos los niños y adolescentes se van quedando sin clases presenciales y por supuesto pierden un año más en su vida para enriquecerse culturalmente. Veamos los protagonistas de a uno, el primero es el gobierno nacional, que con la excusa de la pandemia viene retrasando las clases en distintos niveles, además para hacerlas diagramó un complicado organigrama entre las distintas provincias y ciudades. Otro protagonista es la oposición que con el objeto de ganar adeptos no duda en estar en contra de las medidas nacionales y proclama la vuelta a las clases, su objetivo también se aleja de los alumnos por el simple hecho de contraponerse a la Nación. Caso emblemático es la Capital Federal con Larreta y su presentación judicial. Y ni que hablar de la puja entre Capital y Provincia de Buenos Aires, otro capítulo aparte, el gobernador abre las clases presenciales en el conurbano, donde sabemos que el nivel de contagio es muchísimo mayor y lo posterga en las ciudades del interior, donde la población es menor, como el nivel de contagio. Todo dudoso, con tufillo político, ¿y los alumnos? Bien gracias. Otra pata de la mesa está integrada por los gremios docentes, donde la figura relevante es el dirigente Baradel, que siempre está dispuesto a poner palos en la rueda para mantener a sus miembros alejados de los salones de los colegios, amparándose en la eficacia de las clases por zoom, que ya con un año y medio de aplicación todo el mundo sabe de su ineficacia. Si bien los docentes no se oponen abiertamente exponen una serie de excusas como el frio que hay en esta época…ahora nos preguntamos ¿Por qué no dieron clase en primavera y verano que hacía calor? El contacto de los alumnos con el maestro y de los alumnos entre si es fundamental para entender el significado de la educación. Y aquí surge otra pata del problema, los alumnos. Se supone que es a quienes los otros protagonistas dicen amparar, pero en realidad son los mas desamparados, porque la esencia de la educación es precisamente esa: preparar a los niños para enfrentar el mundo con mas “armas intelectuales”, ya que este mundo que vivimos cada vez es más difícil. Detrás de cada alumno hay un padre, que sufre el efecto colateral de esta disputa que estamos explicando. Los padres hacen lo que pueden para integrar a sus hijos en este difícil esquema de la educación, y además deben trabajar para mantener a la familia en un también complicado esquema económico que lo estresa. Todo ello sin olvidar que existe un virus que amenaza atacar en cualquier momento. Aquí también entre los padres se plantea la grieta política instalada desde las altas esferas, por lo tanto, hay padres que quieren las clases presenciales y otros que no, siendo que, a veces, los niños y adolescentes no van a clases pero salen y se juntan con amigos. Eso es normal!!!! Anormal sería que no lo hicieran!!
Entonces, amigo lector le dejamos planteado el problema, por el momento sin solución, para que trate usted de sacar sus propias conclusiones, nosotros no tenemos la respuesta, es más los propios protagonistas tampoco, y dentro de este cóctel complicado están los alumnos que siguen sin clases, y esto es lo mas grave, porque van a perder dos años de su vida educacional que difícilmente recuperarán. En el futuro argentino tendremos una población mas ignorante, y en consecuencia fácil de convencer políticamente hablando. Lejos estamos del pensamiento de Domingo Faustino Sarmiento, que a pesar de las dificultades que tuvo en su presidencia siempre pensó en educar al pueblo.