UN PROYECTO BRILLANTE PARA LOS BONAERENSES

UN PROYECTO BRILLANTE PARA LOS BONAERENSES

En lo que supone un proyecto rupturista, Esteban Bullrich, el ex senador que renunció esta semana a su banca en la Cámara Alta por la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) que padece, propone partir el territorio bonaerense y crear 5 nuevas provincias dentro de Buenos Aires.  La idea, esbozada en su nuevo libro «Una nueva Buenos Aires, para renovar el pacto de unión nacional», plantea además partir en dos al conurbano y crear dos nuevos municipios en La Matanza.

El funcionario presentó su publicación el pasado lunes en un acto en el que participaron prácticamente todos los grandes nombres de Juntos por el Cambio: el ex presidente Mauricio Macri; la diputada nacional y ex gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal; el diputado Diego Santilli; la titular del PRO, Patricia Bullrich; y el senador nacional por la UCR, Martín Lousteau, entre otros.

Mediante esta propuesta que Bullrich escribió junto a Enrique Morad, abogado y profesor de ciencias políticas, y Jorge Colina, el economista titular del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), el ex ministro de Educación durante la gestión macrista volvió a poner sobre la mesa un debate que ya había sido cerrado tiempo atrás: la división de la PBA en nuevas provincias para facilitar su gestión.

El proyecto que plantea el saliente senador implica partir al territorio bonaerense -hoy a cargo de Axel Kicillof- en cinco nuevas jurisdicciones:

  1. Provincia de Buenos Aires Atlántica: con la ciudad de Mar del Plata como capital, este distrito reuniría a más de 20 partidos del sureste de Buenos Aires.
  2. Provincia de Buenos Aires del Sur: con más de 30 municipios y su capital en la ciudad de Bahía Blanca, sería la provincia más grande de las cinco, tomando la zona centro y suroeste de la provincia.
  3. Provincia de Buenos Aires del Norte: con capital en San Nicolás, implicaría unos 30 partidos que tomarían todo el norte del actual distrito.
  4. Provincia de Luján: con su capital en el actual partido de Luján, esta propuesta sería la primera división del conurbano, ocupando el norte del Gran Buenos Aires y parte del oeste.
  5. Provincia del Río de la Plata: esta zona implicaría la otra mitad de la actual zona oeste del GBA y su zona sur, manteniendo la capital provincial de La Plata como centro de la nueva provincia.

Así, la división de la provincia implicaría también la separación del actual conurbano bonaerense, la zona más densamente poblada del país con 14,5 millones de habitantes al 2016, en dos jurisdicciones distintas, lo que también obligaría a partir en dos al municipio de La Matanza -el partido más poblado de la provincia con 1,7 millones de individuos-.

Según Bullrich, su propuesta busca simplificar la gestión de un territorio que el saliente senador considera «ingobernable» por su amplitud y diversidad: aunque es el distrito que más riqueza genera en el país por sus posibilidades productivas, también presenta altos niveles de pobreza e indigencia, fuertemente concentrados en el Gran Buenos Aires.

Así lo explica el ex funcionario opositor al inicio de su libro: «No es lo mismo la Argentina que Buenos Aires, que además de albergar a cerca de la mitad de los argentinos, aventaja a otras provincias en condiciones de generación de riqueza. Sin embargo, Buenos Aires compite con el resto del país en la pobreza, la tristeza del presente y la escasa certeza sobre el futuro». Es por esto que Bullrich plantea esta división de la provincia en la que actualmente -a datos del 2015- viven más de 17,5 millones de argentinos para devolverle a la zona la «armonía» que considera que hoy no tiene.

En principio, el proyecto debería ser aprobado por la Legislatura bonaerense y, luego, la iniciativa pasaría al Congreso para que este apruebe a las nuevas provincias tal como indica el artículo 13 de la Constitución Nacional: «Podrán admitirse nuevas provincias en la Nación; pero no podrá erigirse una provincia en el territorio de otra u otras, ni de varias formarse una sola, sin el consentimiento de la Legislatura de las provincias interesadas y del Congreso».

En caso de una modificación de este tipo, también debería agrandarse el Senado Nacional ya que este está compuesto por tres representantes por cada provincia y distritos federales (CABA): así, de los 78 legisladores que se desempeñan en la Cámara Alta actualmente se pasaría a 84 funcionarios en representación de 28 jurisdicciones.

Posteriormente, los representantes de cada uno de los nuevos distritos serían elegidos de forma democrática tal como ocurre actualmente: en elecciones generales cada dos años en las que se renueva el Congreso Nacional y las legislaturas provinciales y municipales.

«La realidad actual de la provincia de Buenos Aires es angustiante, con una pobreza y una marginalidad crecientes y, sobre todo, con un horizonte difuso si no se adecua al mundo nuevo del siglo XXI», justifica Bullrich.

En su libro, el ex ministro de Educación y sus colaboradores plantean «resolver la gobernanza de la provincia de Buenos Aires sin incrementar el número total de cargos electivos actuales», es decir, 4344 puestos.

Así lo explican: «Nos gusta imaginar que en cada nueva provincia se dará una legislatura unicameral, acorde con la simplicidad de la época». Según los autores, así se busca lograr una «gobernanza más eficiente» de la amplia zona «con un necesario y reforzado espíritu de servicio público, orientado al bien común, con transparencia, austeridad, flexibilidad y decisiones enfocadas y orientadas a los resultados».

Bullrich, Colina y Morad apuntan a administraciones «ágiles, simples, transparentes y eficaces» que puedan incorporar desde su génesis «nuevas funciones sociales y económicas, el urbanismo, la logística y el abastecimiento, el transporte, la salud, la cultura, la vivienda y demás servicios públicos».

Finalmente, la propuesta espera desarrollar con especial énfasis las «industrias innovadoras» que sus autores consideran que «se dan con facilidad en las tierras fértiles del centro bonaerense y de sus costas atlánticas de clima templado», las que etiquetaron de «‘unicornios’ culturales».

Fuente: “El Cronista”.