TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR
Por Luis Marino Ejarque
Cuando se menciona aquello de “Todo tiempo pasado fue mejor”, uno se atreve a relacionarlo con la nostalgia por las cosas que pasaron y dejaron una impronta positiva en algún rincón del corazón. Obviamente debe estar relacionada al pasar actual, al estado de las cosas al día de hoy…
El debate político hoy se marca al ritmo de los formadores de opinión y suele ser paupérrimo. Se discuten actitudes de los personajes, comportamientos de las distintas corrientes internas de los frentes políticos, liderazgos, coaliciones, tranzas y cuanta anécdota pueda llenar espacios en los diarios, televisión y redes sociales.
Es probable que el exceso de comunicación, la saturación de información y el fuego de metralla que estos permiten, abstraiga al ciudadano del necesario análisis y del debate de ideas. Pareciera que la oferta política se basara en un menú de promesas basada en el “mercado de necesidades” del electorado más que en la visión de progreso, crecimiento y bienestar de la sociedad.
Así es que gran parte de la ciudadanía, agobiada por la mediocridad dirigencial y la ausencia de proyectos que demuestren al menos en sus enunciados una IDEA fuerza, tiende a la decepción, a la abulia y el descreimiento, con la consecuente chatura social que antecede históricamente a la imposición de gobiernos mesiánicos y/o dictatoriales.
El vapuleo al que fue sometida la Democracia en los últimos años, la transformó en un mero mecanismo de cambio de autoridades. La ausencia de proyectos políticos viables, sustentables, basados en discusiones de ideales bajó la calidad institucional. La tranza, la compra de voluntades, la ausencia de pudor político y la defensa de intereses personales por encima de los representativos se transformaron en moneda corriente. Presos de este “republicanismo decadente”, asistimos a tiempos impensados desde lo económico, lo social y lo político.
Las alternativas disruptivas (caso Milei) encuentran campo orégano en esta situación. La denuncia al sistema, la representación del descontento popular, la visión cuasi anárquica del proyecto, son muy atractivas. La lucha contra “La Casta” es un enfrentamiento paradójico, ya que debe constituirse como Casta para luchar contra ella. De todos modos esta instalación de “un nuevo modelo político” no es otra cosa que una vertiente más en respuesta a la decadencia política. Esta alternativa sería muy saludable si se tratara escencialmente de la representación de un arco ideológico… si fuera por ejemplo “la Derecha”… pero el movimiento está nutrido de descontentos en que confluyen conservadores decepcionados, peronistas decepcionados, izquierdistas decepcionados, kirchneristas decepcionados…. Es decir, una mezcla ideológica al mas fiel estilo de antiguas coaliciones electorales, unidas en contra de algo malo y que no terminaron nunca en algo bueno….
Si algo debieran discutir con claridad las variantes políticas, sería respecto del rol del Estado, la Educación, la Seguridad, la inserción en el mundo, el tratamiento del medio ambiente, la lucha por la alimentación… Nadie se ha expedido hasta hoy sobre que propuesta tiene al respecto en estos roles fundamentales. La politiquería banal y cabarutera ya no los tiene en cuenta ni en los discursos….
Siempre recuerdo los debates de izquierda vs derecha….. y si.. todo tiempo pasado fue mejor…