Entrevista a Graciela Meregalli
Docente de años, ya jubilada, desde hace 15 años dedicada de lleno a la educación emocional. Presenta su libro “Enseñar y Aprender en Contextos Desafiantes” en la Feria del Libro y en la Biblioteca Popular Almafuerte.
“Ser educador hoy es un desafío que requiere de: coraje, mente abierta y mucho amor para dar”, nos dice en esta entrevista, junto con interesantes apreciaciones referidas a la educación.
G.M.: Tengo 69 años, soy docente jubilada del nivel inicial, y en este momento soy Directora de Extensión Institucional de la Fundación Educación Emocional de Argentina, Embajadora de paz por la fundación Mil milenios de Paz, Miembro del Parlamento Mundial de Educación, PAME, y miembro de la organización Pax Paz Arte y Cultura. Me desempeñé como docente y como directora y docente en el nivel inicial por más de 30 años. También como profesora en los institutos de nivel terciario. En este momento, y habiéndome formado en la universidad de Villa María Córdoba en las siguientes Diplomaturas en Educación Emocional, Educación emocional para el aprendizaje, Educación emocional para la familia y Educación emocional para el bienestar personal, formo parte del equipo de la fundación educación emocional como capacitadora. Además, soy Yomu coach, Yomu es un sistema de mindfulness, que, basado en la música y contenidos originales, sirve de antídoto contra la agresividad, el bullying, promueve la autoestima y la fortaleza interior para cultivar una mente y corazón sanos, resilientes, empáticos y felices. Utiliza elementos de respiración y meditación, se abriga en conceptos de inteligencia emocional y neurociencia, y adopta la música como su lenguaje universal.
E.A.: ¿Cuándo comenzó a interesarse por la educación emocional y en qué consiste?
G.M.: Hace alrededor de 15 años conocí a quiénes hoy el presidente de la fundación el licenciado y psicólogo Lucas Malaisi. En ese momento sentí que sus palabras eran definitivamente dirigidas hacia mí. La razón por la que escribí mi primer libro fue, porque estaba llevando adelante un proyecto donde la expresión de las emociones y sentimientos se desarrolla desde una mirada absolutamente basada en las disciplinas artísticas. Hoy las neurociencias dieron el fundamento científico de ello. La idea era la de alfabetizar a los niños del jardín, fue ahí cuando me di cuenta que necesitaba algo más que enseñarles contenidos, necesitaba enseñarles a pensar, a través de las distintas expresiones artísticas, ellos estaban manifestando sus emociones. La educación emocional es un proceso, no de un tiempo sino de toda la vida, tomada como estrategia educativa nos brinda la posibilidad de entregar herramientas para el desarrollo de habilidades para el bienestar personal, promoviendo la salud, necesitando siempre de un adulto comprometido, ya que nadie puede dar lo que no está en su propio corazón. Es muy importante volver a nuestra esencia para deshacernos de creencias que nos han limitado hasta hoy, poder superarlas y así encontrar una concepción diferente de la vida.
E.A.: ¿Qué conclusión sacó después de tantos años de docencia?
G.M.: Como docente me pregunté muchas veces, ¿que tenía que hacer para ser parte de un cambio social? y me di cuenta que debemos pensar primero en un desarrollo individual y luego colectivo, asumir además que no solo somos los que imparten conocimientos, ¡somos maestros! entonces es menester participar del cambio y vivirlo como un desafío vital. Yo creo en un mundo mejor. Ha llegado el momento que los maestros debemos elegir, encontrarnos con nuestra sabiduría interior o ser meros transmisores de conocimientos y de información, pero, solo si asumimos que ser maestros va más allá de enseñar contenidos, entonces, podemos participar del cambio del que mencioné anteriormente, basada en aquellos valores que nos inculcaron y que serán claves para nuestro desarrollo personal y profesional.
E.A.: ¿Presentará un libro en la Feria del libro y también en la Biblioteca Almafuerte?
El 29 de abril presento mi libro “Enseñar y Aprender en Contextos Desafiantes” en la Biblioteca Almafuerte, a las 20 horas, es una gran alegría poder hacerlo en ese lugar ya que desde muy pequeña amé los libros y visitar bibliotecas, Y el próximo 5 de mayo a las 17 horas estaré en la feria del Internacional del Libro en la Rural, Stand 906 Pabellón verde @abrazandocuentos. Enseñar y Aprender en Contextos Desafiantes, comenzó a gestarse en 2010, un docente que indaga la realidad donde trabaja, no solo se da cuenta de la riqueza que encuentra, sino que, además, se encuentra a sí mismo.
E.A.: ¿Qué diferencia encuentra en la parte pedagógica de cuando usted era docente y la actualidad?
G.M.: Los sistemas educativos actuales fueron pensados para otra realidad y, por lo tanto, diseñados para educar a nuestros niños obteniendo los mismos resultados para ser calificados, con un objetivo principal en mente: que el niño aumente su rendimiento o eficiencia a la hora de resolver tareas. Así fue el modelo, el principal foco de atención se puso en conseguir adultos más productivos y ajustados a las normas, pero no necesariamente más creativos. Tradicionalmente, en la escuela se ha considerado que cuando educamos, hacemos posible que el alumnado madure física, cognitiva y afectivamente. Aunque podemos considerar que estos ámbitos están entrelazados, en la escuela se tiende a favorecer el desarrollo físico y cognitivo del alumnado, mientras que el desarrollo afectivo parece estar más “olvidado”. Está crisis por la que hemos atravesado fue, a la vez, una gran oportunidad para el reencuentro con lo genuino, no debemos ignorar lo que vivimos como humanidad y que ha sido muy compleja, y con tantas secuelas, algunas ya se ven, otras se verán en años. Hoy se requiere de un compromiso mayor, pues nuestros conocimientos intelectuales y tecnológicos han llegado dónde nunca nos habíamos imaginado, pero la habilidad y la conciencia para indagar, aunque sea un momento, nuestro propio mundo interno se ve aún desdibujado. No se trata de distintas pedagogías, mejores o peores, hubo pedagogos como Celestin Freinet (1896 – 1966) que se destacó por los cambios en las relaciones profesor – alumno, ofreciendo al alumnado un rol activo, de creatividad, fue coherente con sus ideas y pensamientos puestos en el aula.
E.A.: ¿Qué se requiere para ser educador al día de hoy?
G.M.: Ser educador hoy es un desafío que requiere de: coraje, mente abierta y mucho amor para dar. Si somos la principal herramienta del aula es fundamental ser coherentes con nosotros mismos. Cuidar lo afectivo y enseñar forman parte de un mismo plan, por lo tanto, debemos ser conscientes de la relación que existe entre el clima escolar, y mi rol como principal herramienta del aprendizaje.