ALGO SOBRE UN POETA ORIENTAL

ALGO SOBRE UN POETA ORIENTAL

Por Walter Rivabella

Wa Shing Ton, es un poeta y escritor oriental por partida doble. Hijo de Shing Ton Nisón, nativo de Changchún, donde fue concebido el bardo, y de Amelia Aparicio, hija dilecta de Chuy, lugar donde el hijo vio la luz el 30 de agosto de 1973, en aquel momento de vela: la tormenta de aquella noche dejó sin suministro eléctrico a todos los chuienses.

Si bien, por decisión de sus padres fue criado en un lugar lejano a la civilización, se asegura que a los 19 años ya sabía leer y escribir… en castellano. En chino al parecer,  lee pero todavía no escribe.

A los treinta años publica el primero de sus libros “Pensamiento mínimo”, un libro acerca de la inutilidad de las máximas y al año siguiente, el tercero “Los segundos no existen”, sobre el exitismo, se cree, ya que no fue de los más leídos.

Entre sus premios más destacados se encuentran el de la “Biblioteca popular chuiense” como mejor lector del año 2000, el de la asociación chuiense de cocineros por su obra: “No se confunda compadre, el chopsuey no es solo arroz con pollo”, donde habla de las diferencias culinarias entre las cunas de sus ancestros, y una cena fría (lechón, ensalada rusa y lata de duraznos), segundo premio de la rifa anual de los bomberos voluntarios de Chuy.

Por fin en 2008 aparece un libro de ficciones, el cuarto: “Cómodo y calentito”, cuentos con historias de hoteles, financiado por el Rotary Club de Chuy y auspiciado por “Guiller Motel” reconocido albergue transitorio de la zona.

Pero en esta entrega, quería dejar como ejemplo de su virtuosismo una selección, breve de haikus, que pueden encontrarse en su libro “Ay cu…idado”, de próxima aparición.

Mosca insistente,

tercer Raid asesino.

Buda  lamenta.

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Pelo lacio negro

 flequillo, arroz doble.

Chino no, Mocoví.

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Flor de loto es.

Nadie saca de lago.

Pozo  vacante.

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Despensa charrúa.

Chino birra sin envase.

Venganza que no.

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Ti mira luna

ella  sólo ve muralla,

Ti chiquitito.

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Estrella fugaz

sorprende a tartamudo,

posterga  deseo.

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Gaucho avaro

¿China socialista ama?

“Ma’o menos” nomas.

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Sirenas llaman.

Ulises cera en oídos…

bombero inepto.

Ojalá algún día, la literatura mundial haga justicia, con este maestro que ahorra palabras, pero derrocha sabiduría.