DISCEPOLO NO CONOCIO A DE VIDO
Por Luis Marino Ejarque
A veces parece que se llega al límite del asombro…. Pero la fuente inagotable de sorpresas en esta Argentina hace lo suyo y… el límite no era el límite.
Cambalache pareció en algún momento sentar las bases de un “cuento Argentino”, sellando la personalidad de nuestro ser…. Pero no… era ni más ni menos que el perfil psicológico eterno del argentino por los siglos de los siglos.
Esta obra maestra de Enrique Santos Discépolo nos habla de la distorsión de los roles, de la burla, de los chorros, de los estafaos, de la maldad insolente, del mismo lodo donde estamos todos manoseaos. Tanta inspiración, tanto sentido común, tanto talento…pero lamentablemente para que su obra fuera digna del Nobel de Literatura, no existía el Kirchnerismo ni Julio De Vido….
La panzada que se hubiera hecho Discépolo con esta historia… No pudo plasmar en su letra la corrupción, la desvergüenza, la ausencia de moral y de la ética… la de ellos y la de todos los que acompañaron y apañaron su defensa vergonzosa en Diputados.
La mayoría no alcanzó, aunque nos deja la esperanza que sin llegar a los dos tercios, los diputados optaron por mayoría expulsarlo de la cámara por chorro.
La impunidad tiene aliados a más de un tercio de los legisladores. Sus compañeros de bancada por supuesto, los que responden a gobernadores del FPV involucrados en los negociados con el imputado, y la izquierda vernácula que actuó tan puerilmente como siempre lo hizo, renegando a sus principios… esos que tanto dicen respetar.
Para defenderlo solo atacaron al gobierno actual y especialmente al estado de la economía… (esa que funcionaba tan bien en los últimos años K…). Nadie atinó a ejercer una defensa ética de De Vido que era lo que estaba en juego. La Justicia corría por otro lado… esto no era un juicio, era una medida institucional de sus pares referida a su comportamiento ético, ese que derivaba de su función pública tan vapuleada por juicios, acusaciones e imputaciones.
Pedir ética institucional a la tropa K es como pedir peras al olmo (claro que no son los únicos inmorales). Pero no pueden esperarse actitudes republicanas de quienes se robaron el monopolio de la defensa de los DDHH y no se enteraron de lo que pasa en Venezuela para opinar siquiera sobre la Dictadura de Maduro. Este solo ejemplo da la cata ética de esta gente que impidió el intento de tener un punto de partida de una nueva moral pública ante la justicia dormida.
De todos modos a De Vido lo dejaron en pie. Tal vez sólo para demostrar que Discépolo se quedó corto…