FIESTA
Por Silvina Silva
En la antigüedad se celebraba la fiesta en honor al dios «BACO» el dios del vino, según dicen duraba muchos días y tenía toda clase de exceso y descontrol, días de lujuria, embotamiento y pérdida de los sentidos, donde había orgias de toda clase y gran confusión, toda esta caravana extrema de fiesta y de euforia que se extiende hasta el año nuevo…parece la celebración de las fiestas de BACO, y por supuesto, la sana alegría se convierte en hedor, viciando el aire que deja un ambiente pegajoso y peligroso, el descontrol, la euforia extrema, la idolatría y el fetichismo arrasan las conciencias y dejan expuesta el alma de los inocentes, el fanatismo demencial, la fuerza de los absurdos, convierten una brisa refrescante en un huracán demoledor que destruye todo a su paso, y lo sano se empieza a pudrir, aplastando todo, la gente sigue la peregrinación del carnaval….dando carne a BAAL, entonces se desata la violencia y la alegría se convierte en miedo, y de ahí la lúgubre escena donde el pobre Pinocho sale del mundo de los juegos y la diversión para convertirse en un asno y un esclavo, ya sin voz… solo rebuznando, ay Dios mío!!!
¿Cuánto nos irán a cobrar una alegría, un desahogo?? Nada es gratis, todo tiene un costo alto y se aseguran que paguemos con sangre, sudor y lamento cada momento de felicidad que une la gente sin banderas políticas, por eso fomentan el desacato, los extremos y nos embotan los sentidos, nos dan la breve ilusión de una feroz adrenalina, donde todo se tiene, se gasta y se derrocha, lujuria y placer al alcance de todos, semanas de fiestas, zona liberada, chiquero de cerdo, lodo, barro e inmundicia…hedor de multitudes, energía que se esparcen y arrasan como lava, Sodoma y Gomorra…después…siempre hay un después, donde nos vuelven a poner el yugo más pesado y apretado, con más crueldad y tiranía, vaya uno a saber lo que se cuece detrás de esa cortina…pensaba en la celebración de este dios BACO, que comenzaba en la alegría y terminaba en la perversidad y el sometimiento de las almas…tanta fiesta, tanto clima de euforia que huele a sangre, tanto reventar las billeteras y estar dopado por el aire de consumo y el ruido ensordecedor, las luces que dejan ciego y el griterío que apaga la voz…así vamos…como vacas al degüello…al menos así…lo siento yo…