HISTORIAS INCONCLUSAS

HISTORIAS INCONCLUSAS

Por Luis Marino Ejarque

Tenemos la costumbre de hacer inconclusas las Historias. Somos impredecibles. Si sólo fuésemos dueños de nuestra propia inteligencia deberíamos ir de un lado a otro de las posibilidades sin desentonar con el resto del mundo. Pero a los argentinos nos falta algo que los demás tienen… o nos sobra algo que los demás no tienen… Pero no somos “normales” si la normalidad es estar en el estándar de la mayoría o al menos practicando el sentido común.

Cuando parece que un proceso debe concluir, porque está agotado, porque se desmadró o porque no tiene ya nada para dar, existe algo que surge como contraproceso que le vuelve a dar vida, lo revaloriza o al menos le da combustible. Los procesos políticos tienen fases. En Argentina se manifiestan con un pico de popularidad y apoyo en los primeros años de gestión para comenzar la decadencia después de la primera reelección como ocurrió con Perón, Menem y Cristina. ¿Qué pasa con los gobiernos no peronistas? Nunca lo sabremos, ninguno llegó al segundo mandato. Esta oportunidad de Cambiemos, que surgió como un contraproceso del gobierno K, diluyó sus expectativas antes del cuarto año por peso de arrastre e incompetencia propia, pero con transformaciones en marcha que es muy difícil que pueda concluir. La historia parece implacable con los gobiernos no peronistas. Tal vez la explicación esté dada por la impronta política de gestión de los partidos que se le oponen versus la impronta “religiosa” del peronismo. El peronismo no es dogma, ni tiene una idea fuerza,  pero se parece a un credo en el que confluyen fuerzas de todos los niveles y clases que solo necesitan del desengaño pasajero de otros gobiernos para reafirmar ese movimiento de Fe que luego flaquea porque no tiene respuestas religiosas sino de gestión, incompetencia, corrupción y decadencia institucional.

El peronismo no es otra cosa que un modo de ver el poder y llegar a él. Luego no importa si se trata de la derecha, la izquierda, el sindicalismo o el pindonga y cuchuflito. Y el peronista vuelve a frustrarse y se agazapa para la próxima flaqueza del opositor.

Si algo tiene de perverso esta sociedad peronista que conformamos todos, es la pérdida de la memoria, esta especie de Alzheimer colectivo que nos avala como votantes de las mismas debilidades políticas que ya nos demostraron reiteradamente su fracaso.  Entonces la historia vuelve a ser inconclusa….