PARLANTES
POR WALTER RIVABELLA
Quien dobló la esquina lo hizo fuertemente, lo supo porque se lo chillaron las gomas del auto en el derrape, que luego con otro quejido característico le avisaron que había parado frente a su casa.
El portazo le transmitió que la persona que acaba de descender venía muy apurada y posiblemente algo molesta.
Supo que se trataba de su mujer y que venía nerviosa, el tintinear inarmónico de las llaves a punto de embocar en la cerradura se lo advirtieron.
Un nuevo portazo opinó: era algo más que nerviosismo. Desde la cocina también escuchó que de inmediato se abrió otra puerta más cercana: la del ropero. Algo pasaba, quizás no era tanto el enojo y estaba buscando vaya a saber qué, desesperadamente. El ropero siempre le resultaba poco claro, su eterno “desorden interior” tenía la culpa.
El cajón de su mesa de luz le envió un cable de último momento, el problema era con él y grave. Allí pensó en lo que muy temprano el horóscopo le había recomendado: “No tome decisiones apresuradas”, pero el horóscopo suele ser demasiado ambiguo; además no se llevaba muy bien con los mensajes escritos. Tendida sobre el diario la lupa que conservaba de su padre fue expeditiva: “ve y averigua”. Y decidió ver, digo ir.
Al incorporarse, rozó sin querer el vaso con jugo de pomelo recién exprimido y éste cayó con la boca exageradamente abierta vomitando todo el líquido amarillo sobre el mantel. Pensó cinematográficamente: cuántas escenas de extrema tensión terminan con el protagonista abrazado al inodoro. “Hay películas nauseabundas”, pensó sin poder distraer su nerviosismo.
Finalmente, quien vino a esclarecerlo todo fue el disparo: su mujer lo había descubierto y comprobado con muy poco tiempo de diferencia: tenía una amante. Mejor dicho, se lo había susurrado el lápiz de labios carmín que halló debajo del asiento del auto a pesar de que el largo cabello rubio que encontró en el apoya-cabezas prefirió callar: había quedado “shockeado” por la queratina del día anterior.
Sus párpados se cerraron anunciando el final de la obra. Drama pasional, dijo la prensa. Comedia ligera, el público exquisito.