ÁRBOL ADENTRO
La semana pasada vimos con tristeza que en la plaza San Martín se estaban talando algunos árboles centenarios, y no podemos evitar efectuar un comentario al respecto. No sabemos a qué obedece semejante medida que va en contra a lo que mundialmente se pregona a través de distintas organizaciones protectoras del medio ambiente: que la deforestación causa unos daños terribles en los ecosistemas, además de una gran pérdida de biodiversidad y aridez del terreno. Se evita la fijación de dióxido de carbono (CO2) por lo que se contribuye al cambio climático. Sabemos lo que significa: habrá más sequía y calentamiento global en el mundo. Pero volvamos a lo que aquí ocurre, remontándonos a cien años atrás en Capitán Sarmiento no existían los árboles que hoy pueblan nuestras calles y eso es gracias a los antepasados que quizás no tenían noción de la importancia del medio ambiente pero igual plantaron arboles por todos los lugares que podían. Así tenemos un camino al cementerio con añosos paraísos y otras especies que invitan a disfrutarlos ya sea caminando como andando en bicicleta especialmente en verano bajo su sombra. Ni que hablar de los árboles que aún quedan en las calles de la ciudad. Ya con la construcción del monumento a la Bandera Bonaerense se talaron árboles en la plaza San Carlos, que gracias a una movilización no siguieron con la parte de enfrente. La plaza San Martin tiene una variedad de árboles y plantas que la hacen muy bonita e invitan a pasear entre ellos. Con la tala de algunos se está perdiendo la esencia de lo que significa tener una plaza. La ausencia de esos árboles, hoy despedazados y retirados del lugar no se suple con tener unas veredas nuevas, lo único que puede mitigar semejante medida es plantar nuevos retoños para que tal vez en ochenta años se pueda lograr tener individuos de la altura y porte de los hoy talados. Muchos de nosotros no los verá. No podemos dejar de reconocer que esta administración está haciendo esfuerzos para estar en connotación con lo dispuesto mundialmente al respecto mediante la plantación de suficientes árboles jóvenes en el camino circunvalación y los canteros de las avenidas de la ciudad, pero el total todavía no equivale a una ínfima parte del área forestal que se está talando, porque muchos vecinos también se están deshaciendo de plantas que están en su frente, y no están plantando uno nuevo. Si es cierto que la caída de las hojas trae algunos inconvenientes a los ciudadanos, pero eso no da rienda suelta para quitarlos, porque al final le estamos haciendo un mal mayor a nuestro planeta. Como párrafo final le dejamos un poema de Octavio Paz titulado:
Árbol Adentro
Creció en mi frente un árbol.
Creció hacia dentro.
Sus raíces son venas,
nervios sus ramas,
sus confusos follajes pensamientos.
Tus miradas lo encienden
y sus frutos de sombras
son naranjas de sangre,
son granadas de lumbre.
Amanece
en la noche del cuerpo.
Allá adentro, en mi frente,
el árbol habla.
Acércate, ¿lo oyes?
Árbol adentro (1987) Octavio Paz