DIFICIL DE COMPRENDER
Y sigue sin rumbo el intendente Ostoich, cada medida que toma en lo que va de su gestión, es peor a lo que se esperaba. Mientras tanto se enrieda en una pelea sin sentido con el Director de Vialidad Javier Iguacel, porque no tiene respuesta a la barbaridad de la obra inconclusa del camino que une la Ruta 8 con la Provincial 51.
Si bien en una carta documento indica al Director que le envía una carpeta con mas de 300 hojas justificando su accionar frente al pedido de rendición de cuentas realizado por Iguacel, ningún medio periodístico tuvo acceso a semejante documentación para poder corroborar cual de los dos tiene razón. Pero la realidad es que la ruta no se hizo, las pruebas están a la vista. Además Ostoich debería temer al Director de Vialidad, ya que es quién denunció judicialmente a la ex presidenta de la Nación por irregularidad en la obra pública y cobro de coimas en las adjudicaciones. De todas formas para nosotros los mortales poco nos va a interesar cual de los dos tiene razón, porque padecemos a diario cuando circulamos a la ciudad de Carmen de Areco el deterioro en que se encuentra el camino de tierra. Siguiendo con otro tema también el intendente cerró el basural a cielo abierto, que teóricamente estaba cerrado hace cinco años atrás por la Provincia. En una medida inusitada –porque nadie lo esperaba- decretó el cierre del basural y a partir del 16 de enero de 2017 se habilitó la planta de reciclado de residuos sólidos urbanos (RSU), sin el asfalto interno, sin normas para que la población comience con la separación de la basura en sus casas, sin aviso previo a la gente, en fin una locura mas a la que nos tiene acostumbrados Ostoich. Pasadas dos semanas, -tan solo dos semanas-del nuevo sistema impuesto por decreto, ya empiezan los inconvenientes. La recolección de residuos sigue igual, como siempre, y de la misma manera las bolsas se vuelcan en el galpón donde trabajan los “empleados” contratados por la firma Ferioli, que deben ser de nuestra localidad según el pliego de licitación adjudicado. Pero se detectó –por medio de los concejales socialistas- que precisamente no son empleados sino trabajadores monotributistas algo totalmente diferente, porque no hay cargas sociales que pagarles, ni leyes sociales que los protejan. Estas personas trabajan sin la ropa y protección que la ley exige, y que la firma adjudicataria debe proveerles, esto nos parece que el señor intendente debe controlar, pero no el señor está de vacaciones en el vecino país Chile, donde encima le robaron $1.500.000 chilenos. Que ironía durante la época kirchnerista Ostoich no salió del país porque sino de arriba lo castigaban, y ahora aprovecha que no tiene a quien rendirle cuentas políticas para rajar y gastar su platita en otro lugar fuera de Argentina. Mientras esto ocurría en Chile, aquí en Capitán Sarmiento, las cosas están como le estamos relatando: hay una empresa adjudicataria de la concesión del RSU que no cumple con lo pactado en el pliego de licitación, y desde la municipalidad nada se controla, excepto un grupo de concejales socialistas que monitorean y se preocupan para que las cosas públicas se cumplan. A esta altura de los acontecimientos nos preguntamos ¿es saludable tener en el cargo de intendente a una persona incapaz de administrar medianamente un municipio? Es una pregunta que los concejales deben realizarse seriamente porque de seguir así los tres años que faltan serán catastróficos para la ciudad, y si Ostoich no gana las elecciones el intendente que asuma tendrá una ciudad desvastada, y nosotros liquidados. Hoy transitábamos por el camino de circunvalación y veíamos las columnas de luces sin habilitar y sentimos pena por tanto trabajo desperdiciado. No entendemos como no se terminan las obras que se emprenden. Todo queda a mitad de camino. ¿es esto una buena administración? . Analicen estimados lectores, estamos dándole un botón de muestra ustedes tienen la capacidad para ir enumerando todas las obras publicas inconclusas de la gestión Ostoich. Estamos pensando que lo mismo pasará con las 50 cámaras de seguridad que deberán estar puestas en las calles de la ciudad, ¿quedarán sin cables?¿habrá centro de monitoreo? ¿Qué pasará con los policías cuando vuelvan de la Costa? ¿tendrán comisaría? Cuantas preguntas tenemos y ninguna respuesta sólida. Si esto que estamos describiendo es una buena administración de los fondos municipales estamos al horno.