Editorial

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LAS PESADILLAS DE ODO

El viernes 20 de abril fue la fecha tope para los adquirentes de las viviendas del Barrio Amanecer II, el fin de una pesadilla. Si, porque después de muchísimo tiempo, vicisitudes de todo nivel, esfuerzo inútil y falta de coordinación, ese día se les entregaron las llaves de sus propias viviendas. Las palabras del intendente Ostoich fueron patéticas. Sin moverse un músculo de su cara dijo que por fin se terminaba una pesadilla con esta obra que no podía terminar, pero para su desgracia tendrá mas pesadillas porque tiene un sin número de obras sin terminar. Lo que no dijo fue que la demora fue porque el dinero destinado a esa obra no fue precisamente al Barrio, y que las casas estaban tan mal construidas que daba vergüenza a las autoridades del Instituto de la Vivienda de la Provincia entregarlas en ese estado a los adquirentes. Claro se encargó de decir que fue él quién puso la cara en el Instituto para reclamar los fondos y demás trámites para que los “dueños” pudieran tener su casa propia. Por supuesto que la funcionaria provincial presente sabe toda la verdad, pero “quemarlo” delante de los propietarios fue un acto de piedad que Ostoich deberá agradecerle de por vida. Porque del Instituto saben bien que los papeles que debía presentar el intendente para poder entregar las viviendas nunca se llegaban a completar, no se sabe si por inexperiencias de los funcionarios municipales encargados del área, o por una maniobra política para seguir captando votos a la hora de las elecciones. También era sabido en dicho Instituto que el material y la mano de obra dejaba mucho que desear, es decir no reunía los requisitos que por licitación correspondía. Esto era una tarea estrictamente  municipal porque era Ostoich –por medio de sus funcionarios de area- quienes debía controlar que la empresa adjudicataria estuviera realizando sus trabajos tal como el pliego de licitación estipulaba, pero desgraciadamente ello no ocurrió, y los errores quedaron expuestos ante las autoridades de la Provincia, las que al cambiar de signo político no le perdonaron nada al gobierno de Ostoich.

El acto estuvo también rodeado de circunstancias que lo hicieron sensible porque los propietarios de las viviendas por primera vez tenían acceso a su propio techo, un anhelo que todos tenemos en la vida. Ahora como anécdota nos queda que el acto fue organizado tan a las apuradas que las llaves de las viviendas fueron entregadas sin guardar el orden respectivo, es decir algunos dueños tenían las llaves de otras viviendas, y a los que tenían las de la puerta de entrada les faltaba las de las puertas de atrás, un verdadero caos a la hora de acceder a las casas del Barrio Amanecer. Otro botón de muestra del desorden que contamos es que al demorar tanto la entrega, los adquirentes que en el momento de anotarse al principio del plan reunían los requisitos legales, ahora se encontraban en otros estado, por ejemplo había personas  que se anotaron siendo parejas, y ahora al momento de la entrega ya no estaban mas juntos, lo que ocasiona un inconveniente:¿a quién se le entrega la vivienda? Si ahora no reúnen los requisitos, no deberían adjudicarle esa vivienda a otras personas que se anotaron que estaban en la lista  pero no salieron en su momento, y ahora están en condiciones de obtener esa casa? En fin todo el plan de viviendas del Barrio Amanecer II terminó como había comenzado rodeado de interrogantes que sólo el tiempo se encargará de aclarar, por ahora nos quedamos con las caras de los felices adjudicatarios, que bastante sufrieron durante interminables años para tener su vivienda propia. Mientras tanto los políticos jugaron con estas esperanzas durante varios ciclos electores, y le sacaron mucho provecho.