Ya vamos transitando un año de gobierno municipal y a pesar de las distintas opiniones, Iguacel se las ingenió para gobernar con un gobierno provincial adverso. Dentro de las vicisitudes provocadas por la pandemia, y la crisis económica, el municipio supo administrar los recursos con que cuenta. Pudimos ver muchas pequeñas obras que se terminaron, y otras que comenzaron, pero en general concluimos que el balance es positivo que negativo. Teniendo en cuenta que el próximo año habrá elecciones de medio tiempo, habrá  que ver qué efecto causan los actos de gobierno en el electorado local. Es que los ciudadanos de Capitán Sarmiento –y todos en general- no toman muy seriamente esa elección porque no está en juego ningún cargo ejecutivo. La apuesta del intendente actual para conseguir el triunfo nuevamente,  es continuar con el trabajo que viene realizando en la ciudad, y tratar de aumentar el número de concejales para gobernar mejor sin ningún tipo de trabas. Aunque la oposición poco obstaculizó la gobernabilidad de Iguacel, tal vez debido a la ausencia provocada por las sucesivas cuarentenas que impidieron las sesiones en persona, que siempre son más productivas que las realizadas por zoom. De todos modos la tropa del ex intendente Ostoich, está un poco dispersa. Es que durante los veinte años de manejo del municipio, en forma personal, no permitió que surja ningún referente capaz de reemplazar al veterano político. Rumores existen pero habrá que ver más adelante como se alinean porque Ostoich no señaló a nadie, y ante el silencio todos se creen con derecho a tomar la posta, pero claro se trata de acceder a un cargo de concejal, no es el de intendente, y muchos no se quieren “quemar” en estas elecciones, porque aspiran  a algo más sustancioso.  En estos últimos días un ex funcionario de la era Ostoich salió en un reportaje hablando de la terquedad de Ostoich para reconocer errores, si bien esto le podría costar un “correctivo” nos da la impresión que esta preparando el terreno para separarse de su antiguo empleador.  Iguacel en cambio apostó a una forma de administrar la municipalidad más participativa con una visión empresarial, con equipos de personas que tienen más voz  a la hora de decidir, algo distinto a la propuesta de Ostoich que siempre fue más autoritaria –igual que el partido que representa-  esto puede jugarle al actual intendente mas a favor.  Que Ostoich gobernó en forma personalista no es ningún secreto, a su sombra no creció ningún líder, y las consecuencias se ven ahora, cuando hay que disputarle las elecciones a otro partido que gobierna, no es ningún secreto que el partido justicialista no es bueno en ejercicio de la oposición, siempre se siente cómodo gobernando, pero aquí en Capitán Sarmiento perdió la intendencia y todavía no está cumpliendo con su rol de oposición. Tendrán que mejorar con su labor porque si no van a perder las elecciones legislativas del 2021.