IDIOMA UNIVERSAL
En el mundo moderno el auge de la tecnología es el idioma universal. Hoy quien no tiene un mínimo de conocimiento al respecto pasa a ser un analfabeto. Los teléfonos celulares pasaron a ser parte indispensable de la vida diaria. Todos tienen uno y hasta dos o tres, el costo lo permite, pero lo principal es que te permiten acceder a miles de aplicaciones que nos allanan el camino en la vida. Todo se realiza a través de este pequeño adminículo, desde comunicarse entre personas hasta operaciones económicas complicadas, todo está en esa cajita feliz. Pero no todo termina allí, también hay cajeros automáticos, tele pase, trámites on line, turnos on line, obras sociales que atienden por aplicaciones, en fin una innumerable cantidad de cosas se realizan gracias a la tecnología. Todo es muy bonito, pero ¿todos tienen acceso a la tecnología? No todos. Hay dos segmentos de la sociedad que desgraciadamente no pueden movilizarse dentro de este circuito infernal. El primero de ellos es el compuesto por las personas de edad avanzada, aquellos abuelos y abuelas que tienen su mente y cuerpo expuestos al rigor de los años. Su mente no comprende los pasos a seguir por un cajero automático, que le pide claves de acceso y además apretar botones que a la hora de hacerlo confunde la mente de estas preciadas personas. Entonces necesitan de un familiar o un vecino que los acompañen para que no se equivoquen y puedan hacer el cobro como corresponde. Convengamos que también estos inconvenientes también se dan en todas las oficinas públicas donde deben concurrir para hacer trámites, ejemplos PAMI, Anses, Ioma, Municipalidad, Rentas, etc. En estos casos puntuales, notamos que el estado está ausente, porque si bien se tiende a utilizar tecnología, deberían hacer excepciones respecto a estas personas que por su edad no comprenden los actos mecánicos que deben realizar para ejecutar un acto administrativo, allí debería existir una persona física que se encargue de facilitar el trámite que tienen que ejecutar para pagar, cobrar o simplemente pedir una receta. Porque si bien el estado cada vez más se moderniza, debe tener en cuenta este segmento de personas de edad avanzada y ayudarlos a completar su trámite sin llegar a exponerlos a un trauma que no es necesario. En España tuvimos oportunidad de observar que en cada lugar donde se expendían boletos, cajeros automáticos y cualquier oficina pública, había una persona que indicaba y si era preciso ejecutaba los trámites a aquellas personas que tenían dificultades para entenderlos, ya sean adultos mayores como jóvenes, es decir que aplican la tecnología pero también ayudan. El otro segmento que también resulta perjudicado con estos adelantos tecnológicos son los pobres. Si, porque ellos no tienen acceso a los celulares de última generación falta de dinero para adquirirlos, y esto también es una dificultad importante a la hora del desarrollo social. Estas personas también tienen que hacer trámites administrativos en algunas oportunidades y se les presenta la misma dificultad que venimos relatando. Aquí el desarrollo de la mente no es la dificultad, aquí es la falta de educación la clave. No tienen –a veces- acceso a la educación porque deben trabajar desde muy chicos, y eso no les permite tener los conocimientos adecuados para desempeñarse en un mundo cada vez más tecnológico. La solución en este segmento parece más fácil, pero aquí la labor del estado es fundamental, para ello es necesario desplegar un programa de educación en este rubro para que esos jóvenes y adultos no se conviertan en analfabetos informáticos. Tal vez con esta reflexión nos quedemos cortos y existan más problemas que no pudimos detectar, pero lo que queremos es reflejar que muchos ven esta problemática, pero poco y nada se hace para ayudar a que el impacto tecnológico sea menor en las personas. La persona que no entiende, que no puede saber qué tiene que hacer, como tiene que hacer, se encuentra cada vez más aislada, temerosa y nerviosa. Y por consiguiente, desarrolla patologías. Y por favor, los empleados públicos tengan un poco de paciencia…aún más de la que tienen. La que hay, no alcanza. Como dice Teresita Turrini en esta edición, en nota aparte “La sociedad debe proveer los apoyos para que todas las personas puedan formar parte de ella.”
Para concluir, esta pandemia que trajo al Covid 19, curiosamente ataca a todos pero la mayor cantidad de muertos se dá precisamente en los adultos mayores y entre quienes viven en la pobreza, y la verdad que es para pensar…