LUCHA DE TITANES
Desde hace mucho tiempo los políticos en general se ven desprestigiados para todos los integrantes de la sociedad. La gente los asocia a la mentira y hasta delincuencia, por eso cuesta tanto que una persona honesta se ofrezca a ocupar un cargo actualmente. Esto es una regla a nivel nacional, provincial y municipal. A lo que queremos referirnos hoy es precisamente a este nivel, el municipal, y mas específicamente en nuestra ciudad, no es una novedad que estamos sometidos a un califato ostoichistas desde hace 20 años, edificado con las bases conocidas de promesas incumplidas, mentiras, soberbia, sobornos, etc. Ahora en este año electoral tenemos nuevamente la posibilidad de cambiar de intendente, y la oferta es muy poca. Parece que el paradigma de miente y promete comienza a funcionar ya en estos meses, a pesar de faltar poco para las Paso. Hoy nos referiremos a dos contrincantes que ya se enfrentaron en las pasadas elecciones: Ostoich e Iguacel. El primer round fue para el primero ya que lo derrotó en 2.015, y al rival le quedó la sangre en el ojo. Si bien fue a un puesto a Vialidad Nacional, nunca sacó los pies de Capitán Sarmiento, y ahora viene por la revancha. En otra sección hicimos un reportaje a Iguacel, y de él extractamos una parte en la cual explica el por qué no se realizó ninguna cuadra de asfalto en nuestra ciudad. Y de sus palabras concluimos que por un simple capricho de Ostoich hoy Sarmiento no tiene 50 cuadras de asfalto. Sin escuchar la otra campana, tenemos suficiente material como para deducir que el enfrentamiento de egos entre ambos fue y será muy fuerte, y con tal de perjudicarse mutuamente la ciudad debe sufrir las consecuencias, o el daño colateral como le dicen en la guerra. No es la única vez que se produjeron chispazos entre estos dos contendientes, mientras Iguacel hacía el asfalto paralelo a la Ruta 8 y Tres Arroyos para evitar accidentes, el intendente Ostoich mientras tanto hizo un cruce único desde 29 de Junio y Granja, una verdadera ruleta de la muerte que por gracia de Dios no tuvo víctimas, actualmente ese paso se amplió y ahora no solo es mano única sino en ambos sentidos, multiplicando el riesgo para quienes crucen por dos, la verdad una incoherencia surgida de la lucha de poderes, vayan sacando conclusiones. Otro capítulo es la guerra por el RAP, según Iguacel todo se debe a su gestión y venia para determinados barrios, pero Ostoich se encargó de retacearlo y ponerlo donde se le antojó. El tercer round se disputó con el asfalto al RSU (basural moderno) uno y otro dicen que lograron la obra, pero aquí el problema es que nadie ganó ya que la autopista lo cortó de cuajo, el único beneficiado fue Vialmani S.A. que puede sacar la tosca fácilmente (o le vió la ventaja). El cuarto round fue la unión del camino Circunvalación con la ruta 8, faltaba un pedacito y ambos entablaron una lucha entre sí que al final ganó Ostoich porque era una tarea de Vialidad. El último round fue el asfalto de la calle Santa Fe hasta el jardín maternal. Ostoich dice que es su obra pero Iguacel aquí reporteado también se adjudica tan preciado trofeo. Lo único que el pueblo ve es que entre estos dos candidatos hay una puja notable que no tiene miras de terminar, sino que al contrario empeorará en las próximas elecciones. En conclusión escuchando ambos contendientes no sabemos a ciencia cierta quién dice la verdad, esto es lo que los políticos nos dejan con su accionar poco claro. Es que no hay transparencia y esto es lo que debemos exigir de ellos. Basta de mentir. ¿No será hora que nosotros los electores pongamos las cosas claras y no nos dejemos llevar por las falsas promesas, y por una vez en la vida exigirles a los candidatos que sean honestos, que cumplan con su función sin enriquecerse, ni perpetuarse en el poder, que no pongan familiares en los puestos que los rodean, y que no se dejen corroer por la corrupción? Ese mal que nos aqueja desde hace muchísimos años, y que si logramos desterrarla seremos un país de primer nivel.