MIREMOS PARA ADENTRO
Y arrancó nomás el 2022, algunos ya quieren que se termine. Otros abrigan la esperanza de que será mejor que el 2021. La verdad es que estamos un poco decepcionados, no logramos hilvanar una idea que nos conduzca a pensamientos positivos. Es que la realidad argentina es sumamente aleatoria, porque el gobierno no acierta los pasos que debe dar para salir de este atolladero económico y sanitario. Han manejado la pandemia con una frivolidad y una hipocresía descomunal. Primeramente, desconociendo el alcance del covid, con una prolongada cuarentena, los vacunados Vip, el arreglo con vacunas simpáticas al régimen político, y después una apertura total cuando perdieron las elecciones, sin medir las consecuencias del rebrote tipo omicrón. En segundo término la hipocresía de los gobernantes porque por un lado perseguían a quienes no hacían la cuarentena obligatoria, con multa, arrestos, y persecución policial, mientras el presidente Alberto Fernández se mandaba una festichola en la mismísima casa de Olivos, festejando el cumpleaños de su pareja, con numerosos invitados. Esto se hizo a espaldas del pueblo, que estaba sumido en una angustia creada por los mismos que gobiernan, para tenerlo dominado por el miedo al mortal virus. Nos trae a colación la letra de Marcha de la Bronca donde nunca se vio “tanta mentira organizada”. Pero aun lo relatado y el haber perdido las elecciones de segundo término, el gobierno nacional sigue gobernando con soberbia, como si nada hubiera pasado, y no tuviera culpa de algo de lo que está pasando. De esta manera la grieta sigue creciendo, y las leyes no se sancionan, y las que están vigentes no se cumplen, sumiendo a la sociedad argentina en una especie de anomia, donde desobedecer se convierte en algo normal. Esto también es culpa del Poder Judicial que en la actualidad se convirtió en una oficina mas del poder de turno, dejando al ciudadano a la vera de la paz social, dejando que tome justicia por mano propia, como vienen ocurriendo últimamente. Mientras tanto los medios de comunicación siguen poniendo énfasis en lo efímero, en lo superficial, para mantener adormilado a los habitantes de este bendito país. Pululan en los canales de TV, programas de chimentos, de entretenimientos basados en competencias estériles, o inventadas con personajes “famosos”, viajes por el mundo, series de otros países, etc. Señores es hora de reaccionar, de ver esta realidad, de salir del letargo a que nos tiene sumido el gobierno nacional y la oposición, por supuesto, que contribuye a este caos. Hay que reflexionar y pensar que de esta no salimos solos, y no es gratis, un costo debemos pagar, sino corremos el riesgo que no pase como en la película que esta de moda: “No mires para arriba”. Triste destino para los ciudadanos de nuestro país. Entonces amigo lector que el 2022 sirva de trampolín para evitar que esta apocalipsis no nos pase, sino estamos al horno.