NI CORSOS NI CARNAVALES
La imagen que hemos publicado en página de inicio es de nuestra ciudad hace algunos años atrás, aunque no lo crean. También aunque no lo crean este fin de semana es Carnaval, y aquí en nuestra ciudad no hay nada programado. Falta un particular con buena onda que organice algún pequeño corso, porque desde el municipio, más específicamente de la secretaria de cultura, no hay ni una idea. Estamos de acuerdo que la realidad económica del distrito no permite que se tire manteca al techo, como en las viejas épocas K, pero algún corsito, con dos o tres payasos para alegrar no hubiera venido mal. Está bien: reconocemos que pagarle a payasos foráneos no es buena idea, pero ¿por qué no se disfrazaron algunos funcionarios municipales para desfilar por las calles de la ciudad para arrancar una sonrisa en los niños sarmientenses? Sugerimos que se pongan caretas para que no los reconozcan los ciudadanos ya que ligarían uno que otro cachetazo, pero no de “mentirita”. Desde 2015 no se organizan corsos en Capitán Sarmiento, el intendente Ostoich ya no tiene entusiasmo para nada, la ciudad se despedaza entre la suciedad y los pozos en las calles, la caída de recaudación es ostensible, para colmo acosado por procesos judiciales, y problemas de salud, realizó el enroque esperado con su señora esposa, como marcando el principio del final de su “exitosa gestión”. Pero no toda la culpa es de él, también en la oposición no se cae ninguna idea para revivir estos días de carnaval, es que parece que se les secó la alegría, que están tan inmóviles que llama mucho la atención en un año electoral como este. En lugar de ocupar los lugares vacíos que deja Ostoich y compañía, se limitan a mirar apaciblemente como pasa la vida desde sus cómodos sillones del HCD. No hay lugar a dudas que todavía no se dieron cuenta que las elecciones están a la vuelta de la esquina, y muchos de los que dicen ser candidatos se la pasan coqueteando con los distintos frentes políticos sin decidirse donde participar. Hay nombres que circulan en la jerga popular, pero la mayoría tienen un pasado que los condena, cualquiera de los que se mencionan tienen “antecedentes” de años anteriores que participaron y no figuraron ni a los postres. En eso Ostoich tiene mucha experiencia –en ganar elecciones- con poco se fabrica un triunfo y eso le permitió gobernar 20 años esta ciudad. Hay una generación sarmientense que no conoce otro intendente, y eso no es bueno para la democracia, cuya característica es la periodicidad en las funciones. Usted se preguntará: ¿y esto que tiene que ver con el carnaval? Y nada, no tiene que ver nada, solo que en una ciudad sin mucha alegría se extraña esos corsos en los cuales, todos salíamos a divertirnos un poco, como la canción de Serrat, donde todo el pueblo concurre a la fiesta, el rico y el pobre, el cura y el comisario, y todos se divierten esa noche, se juntan, cantan, se abrazan, y después “…vuelve el rico a su riqueza y el pobre a su pobreza…” es decir cada cual vuelve a su función social. Allí me parece que esta la esencia del carnaval, alegría sin distinción de clases, con poco dinero se podría organizar algo ¿no?