REVOLUCION CULTURAL
El nuevo intendente asumió el 10 de diciembre y hace un mes que está en funciones. Pretender que veamos los cambios prometidos en tan poco tiempo es imposible. Hay que tener en cuenta que hace falta tiempo para entender el funcionamiento de un órgano administrativo como la Municipalidad, porque es muy distinto a una empresa privada. La infraestructura de personal y material se mueven en forma diferente a como se hace en una entidad privada. Como reflejo sabemos que las finanzas no estaban como era de esperar, la deuda municipal es millonaria (30 millones) y las maquinarias estaban sumamente deterioradas. Para esto último se contrató maquinas de la empresa Vialmani para encarar los trabajos de mantenimiento de caminos y calles, y enseguida vimos los resultados positivos. Pero por otro lado los camiones recolectores de basura se rompieron en los días de mayor demanda, como fueron las fiestas de fin de año, causando una sensación de imprevisibilidad en los vecinos afectados por la falta de servicios. Repetimos que es muy poco tiempo para evaluar la tarea de la nueva administración, debemos acompañar la gestión porque es en beneficio de todos, si es que queremos que Capitán Sarmiento sea la mejor ciudad de la Provincia, un pueblo donde todos quieran venir a vivir, como dijo el intendente Iguacel en campaña. Claro que para que esto ocurra esta gestión debe lograr que cambie la cultura de nuestro pueblo, si aunque parezca ilógico, es la verdad. Debemos preocuparnos por la cultura porque esa es la fuente de cambio para que Sarmiento se convierta en una ciudad ejemplo de la provincia, ya lo dijo en su oportunidad el Pepe Mujica (pensador uruguayo) hay que crear nuevos parámetros culturales aceptados por la gente para que se produzca el cambio de cultura, sin ello no cambia nada. Es verdad, no es la prosperidad económica la que hay que lograr, sino la cultural, donde se cambia la forma de pensar de los ciudadanos, por ejemplo aprender a reciclar la basura, a ser más solidarios entre todos los que vivimos en esta ciudad, respetarnos, ser solícitos, y obedecer las reglas de tránsito entre otras, prioridad del peatón, uso del casco, y otras más que serían muchas de mencionar. ¿Por dónde empezar? Lo primero en la casa, el hogar, los padres, inculcando en los menores las reglas de convivencia necesarias para hacer de este lugar el mejor para vivir, segundo la escuela, verdadero centro de replicación de todas las enseñanzas primordiales para la comunidad, tercero las instituciones sociales de la ciudad, quienes tienen que aportar su granito de arena, en la tarea de hacer de este lugar algo muy confortable. Hace falta mucha imaginación y poco dinero, pero para ello tenemos que tener al frente directivos responsables, y dispuestos a poner el hombro sin fijarse en tiempo y esfuerzos. Por eso vemos con buenos ojos la designación de Jorge Bojanich, que ya fue director de cultura, y le dará nuevamente el curso que la cultura tenía hace ya mucho tiempo. Pero además debería estar secundado por personas desinteresadas que lo ayuden en los rubros que quizás se le escape de las manos. Uno de ellos es la parte educativa, el reciclado y los deportes. De todos modos algunos frutos ya estamos viendo en este primer mes de gobierno, y eso nos llena de esperanza. La revolución cultural no sale mucho económicamente hablando, es solo cuestión de principios bien aplicados, y con ello podemos llegar a ser una ciudad que todo el mundo quiera habitar.