¿Y LA JUSTICIA?

¿Y LA JUSTICIA?

Podría decirse que por efecto de la pandemia, pero no sería del todo cierto. Si bien son muchos los factores que intervienen, lo cierto que el Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires tiene el más alto nivel de vacantes de su historia. Mas del 15 % del total de los cargos en los órganos jurisdiccionales en funcionamiento están sin ocupar. En estos momentos existen 228 vacantes disponibles en todo el territorio bonaerense. Esta demora ostensible debido a la cantidad ostensible de puestos disponibles pone en riesgo la prestación del servicio de justicia. Y lo peligroso es que las vacantes aumentan mes a mes con la renuncia de magistrados y funcionarios que pasan a jubilarse.  Esto se debe en gran medida a la falta de funcionamiento del Consejo de la Magistratura. Organismo encargado de realizar los concursos para completar las vacantes, que hace poco menos de un mes completó recién su composición con los integrantes de la Cámara de Diputados de la Provincia. La demora en la cobertura de los puestos del órgano colegiado se debió a una disputa de poder en el Frente de Todos, y el reparto de los consejeros. A esto hay que agregar que con la asunción de Kicillof, este rechazó la mayoría de los pliegos elevados durante la gestión de la anterior gobernadora. Para mencionar en el departamento Judicial de San Nicolás, al cual pertenecemos, existen estas vacantes: Juez para el Tribunal de Trabajo Nª 2, Juez para el Juzgado de Garantías del Joven Nª 1, Juez para Juzgado Correccional Nª 1, Juez de Paz para San Pedro y lo que nos interesa a nosotros Juez de Paz para nuestro distrito, que se encuentra vacante desde setiembre del año pasado. La mecánica es la siguiente: se llamó a concurso de vacante en octubre y se inscribieron cinco aspirantes. Debió rendirse examen primero escrito y después oral, pero no se llegó a ninguno antes de fin de año y se llamó a inscripción nuevamente este año 2020, antes de la pandemia. Luego en marzo todo quedó en la nada. Para tener en cuenta que la designación del Juez de Paz tiene una duración de aproximadamente año y medio, si las cosas van normalmente, pero al paso que vamos esta espera parece que va ser muy larga. Mientras tanto el servicio de justicia se va resintiendo, si bien el Juzgado funciona, lo hace con el Juez de Paz de Arrecifes como reemplazante, lo que provoca de por si una demora ostensible, porque debe atender dos Juzgados, éste y el suyo. Si a eso le agregamos la situación provocada por el Covid 19, la situación es peor. En definitiva el justiciable aparece como la víctima de esta situación anormal que venimos relatando. No hay nada peor que no exista justicia para la gente. Es una labor fundamental en la sociedad porque es el órgano que pone paz en la relación entre los seres humanos. Se evita así los hechos violentos y la justicia por mano propia. Es que la Justicia de Paz en estos últimos años se convirtió en algo fundamental en la sociedad moderna, con su cercanía a los justiciables y su poder para finiquitar infinidad de pleitos, algunos sumamente importantes como los casos de violencia familiar, la ubican como el primer mojón en el servicio de justicia de la provincia. Por esa razón no es conveniente tener mucho tiempo el Juzgado de Paz sin un juez que lo conduzca porque su labor se torna esencial a la hora de solucionar la infinidad de problemas que replican dentro del seno de nuestra sociedad. Por eso es importante que las autoridades locales insistan sobre el consejo de la magistratura para que el cargo se cubra los antes posible, teniendo en cuenta que tenemos un diputado provincial que bien podría tener influencia para acelerar -por lo menos aquí-  el nombramiento del Juez de Paz de Capitán Sarmiento.