ENTREVISTA A ALVARO CARESANO
Bombero Voluntario de nuestra ciudad, días pasados concurrió con algunos compañeros a ayudar a apagar el fuego de las islas de enfrente de San Pedro y Baradero. Nos dice: “En todos los cuarteles de la provincia de Buenos Aires hay gente muy profesional, y los chicos de Capitán Sarmiento están muy bien, es para sacarse el sombrero…” “…nunca flaquearon, iban para adelante, y trabajaron a la par de los brigadistas…”
E.A.: ¿Desde cuándo que es Bombero? ¿Cuánto tiempo le ocupa esta actividad?
A.C.: Desde hace 14 años que soy activo. Esta actividad te lleva muchísimo tiempo, para que se tenga una idea: los jueves tenemos reunión obligatoria, desde las 22 horas hasta que termine puede ser hasta la 1 de la mañana. Los sábados en la sección que estoy encargado equipos y materiales, arrancamos a las 14 horas y se termina cuando se lava todo el material, y aparte en el día (la gente piensa que solo somos bomberos cuando suena la sirena y salimos) hay un trabajo muy grande que viene de toda la semana: mantenimiento, llevar los camiones a reparar, etc, y por supuesto atender las alarmas de incendio. A veces tenés un incendio de campo que te lleva todo el día, a veces son dos horas, o tenés un accidente a la madrugada, salís a las 6 de la mañana y volvés a las 8, y ese bombero tiene que entrar a trabajar, a ese persona cuesta el día por las horas que no durmió.
E.A.: ¿Se podría decir que es una pasión?
A.C.: No lo sé explicar muy bien, yo desde muy chico escuchaba las bombas y me entusiasmaba mucho. Además, mi papá tenía un amigo que era bombero, tenía un taller al lado del lavadero de mi papá, y sonaban los bomberos, y nos subíamos al Renault 9 y salíamos, yo iba atrás por supuesto. Eso me fue nutriendo desde muy chiquito, me fue gustando y una vez que ingresas no te querés ir más.
E.A.: ¿Hiciste muchos cursos?
A.C.: En bomberos estas continuamente capacitándote, se hacen muchos cursos, en forestal estuvimos en el año 2013 en central Bariloche, nos fuimos una semana entera, a hacer un curso con las brigadas forestales de Bariloche. Fue un curso muy intensivo de entrenamiento físico y entrenando con brigadistas, que no son lo mismo que un bombero, ya que este último cubre distintas ramas como accidentes, incendios estructurales, intervención con materiales peligrosos, incendio de campos. El brigadista forestal es solamente para incendios forestales, y es un trabajo para ellos, son pagos.
E.A.: ¿Cómo fue que decidiste ir a colaborar a San Pedro, a los incendios?
A.C.: Hace unos días, un lunes precisamente, alrededor de las 18:30 horas, el jefe de cuerpo de Bomberos de aquí, Marcelo Barroso, nos manda vía wsp al grupo, que hay una bajada de operaciones, que solicitaba a los cuerpos de voluntarios de la región 12, a la cual pertenecemos, personal que esté dispuesto para trabajar en la isla. Automáticamente cuando mandó contestamos nuestra voluntad de concurrir, e inmediatamente nos pusieron en apresto para el otro día. La convocatoria era para los primeros cinco que se anotaban, y el jefe los dejaba en disponibilidad al día siguiente. A mí me tocó estar los 5 días, la gente iba rotando. Así fueron pasando Leandro Albornoz, Alexis Tavella, Alexis Caballero, Andres Cassani, Karina Benz, Juan Ponce, Agustín Tirante, Joaquin Pollachi, y Tomas Uruñuela. El día de arranque de las operaciones fue el martes a las 8 de la mañana. El comando estaba en el club de Baradero, allí concurrimos, estaba todo preparado para arrancar con brigadistas a apagar los incendios dentro del delta. El martes a las 6 de la mañana armamos los bolsos, con todos los equipos forestales, y salimos para la ciudad de Baradero.
E.A.: ¿Con qué se encontraron allí?
A.C.: Para que se tenga una idea, uno piensa que los incendios están frente a Baradero, pero el corredor es la ruta 9. El fuego abarca 300 kilómetros, hay focos activos desde el sur de Santa Fe hasta Zárate, Campana y Tigre. A nosotros nos dieron base en Baradero para trabajar en Entre Ríos, donde están la gran mayoría de los incendios, ya que para esa provincia es el “patio de la casa” como le dicen en la zona. El problema se agudiza cuando sopla viento norte, o sino oeste, todo ese humo ingresa a la provincia de Buenos Aires, y abarca una gran zona, acá en Capitán Sarmiento también ha llegado el humo. Imagínate a todos los pueblos que están linderos al río Paraná como se ponen, la gente no puede ni respirar. Desde Baradero nos transportaron con la aviación del ejército (helicópteros) directamente a los incendios a combatirlos. En Baradero estuvimos trabajando en lo que se llama Alsina y Falso Alsina, eran dos focos que estaban controlados, porque las brigadas hacía 13 días que estaban trabajando, y nos convocaron para reforzar al personal, allí trabajamos 2 días, después se cambia el comando a la misma ciudad de Baradero, porque se formó un incendio de gran magnitud, que arrancó desde Villa Constitución y venia avanzando muy fuerte, y se sabía que la cabeza del incendio, en 3 días iba a estar llegando a San Pedro, y empezamos a operar con mas cercanía, usando los aviones hidrantes -AT-, los helicópteros del ejército, eso fue el viernes. Allí si el trabajo fue muy complicado. Recién el día domingo se le pudo cortar la cabeza al fuego, se lo pudo contener y ese fue el último día nuestro, y ahí la cara de felicidad de los brigadistas fue notable. Muchas veces entras a la isla con el plan que los brigadistas quieren hacer, y si no funciona se cambia, hay que cubrir casas de gente que viven en la isla. Siempre hay que cumplir con el objetivo impuesto desde temprano. Nos volvimos el domingo muy felices, porque sino se lograba ese objetivo San Pedro iba a estar muy complicado al día de hoy.
E.A.: ¿Cómo arranca el operativo?
A.C.: Nosotros estamos a las 8 de la mañana, vuela un avión con un vector de incendios forestales que revisa todo el perímetro y vé como viene desarrollándose el fuego, va tomando nota sobre el avión, porque un incendio tiene la cabeza, que es el lugar donde hay mas fuego y lo lleva el viento, y los flancos derecho e izquierdo, el fuego avanza hacia adelante y hacia los laterales. La cabeza siempre va mas rápido, entonces el vector toma como prioridad si hay viviendas, y después aterrizan, juntan a los jefes de cuadrillas de las brigadas, -somos 5 grupos-, y allí deciden por ejemplo si hoy van a cortar el avance. Entonces nos equipamos, nos subimos a los helicópteros, buscan un punto de desembarco, nos largan y nos ponemos a trabajar, o nos dicen grupo 2 y 3 vayan hacer contrafuego, 4 y 5 a cubrir casa, cuando se dice cubrir casas, es hacer quema controlada alrededor de la vivienda, hablar con el Islero, porque a veces no quieren porque se quedan sin pasto para los animales, se les explica que se hace una herradura quemándole todo el material que tienen alrededor de la casa, para cuando venga el fuego principal, lo corte. Una vez que te dan el ok para quemar comenzamos con la tarea. No es fácil. El viernes nos tuvieron que evacuar porque el fuego venía caminando muy fuerte, con mucha violencia, y era peligroso. Se trabaja liviano con pocas cosas, un overol, borceguíes, guantes, una monja que te cubre la cara, solo te queda libre, ojos nariz y boca, un casco liviano, antiparras. A mi el primer día me tocó caminar 8 kms, y terminas muy cansado, la mochila no debe pasar los 13 kgs, donde llevas agua para hidratarte, cereales, elementos como curitas, gasa, venda para tobillos.
E.A.: ¿Por qué cree que se iniciaron esos incendios?
A.C.: Nosotros como bomberos nos enfocamos en luchar contra el incendio, nada más. Por experiencia puedo decir que el Islero no quema y si lo hace lo tiene muy controlado, saben mucho por estar viviendo allí.
A.C.: Déjame elogiar el trabajo de los muchachos de Capitán Sarmiento, hoy me toca hablar a mí pero trabajaron impresionantemente, yo los trataba de cuidar, los miraba, les decía: “chicos si están cansados salgan” y no querían, nunca flaquearon, iban para adelante, y trabajaron a la par de los brigadistas. En todos los cuarteles de la provincia de Buenos Aires hay gente muy profesional, y los chicos de Capitán Sarmiento están muy bien, es para sacarse el sombrero. Agradezco a la institución, al jefe Marcelo Barroso, al Presidente porque no dudaron en ningún momento en mandar gente, pusieron una camioneta y se hicieron cargo de todo el gasto operativo que nos cuesta entre ir y venir.
E.A.: ¿Te genera adrenalina cuando actúas?
A.C.: Y si, un poco de adrenalina, un poco de nervios, un poco de todo, pero estando dentro es muy difícil explicar lo que se siente, es muy impactante, como el domingo cuando estuvimos cuerpo a cuerpo con el incendio.