Entrevista a David Altonaga

Entrevista a David Altonaga

A propósito de su novela “La vieja de los chimangos” dialogamos con David Altonaga, si no lo conoce se lo presentamos y nos cuenta cómo es el libro digital.

Tambien, nos dá su opinión como comunicador social del manejo de las noticias en la actualidad:  “…Me parece que la noticia se transformó muchas veces en el morbo de mostrar la desgracia, más allá del hecho en sí…”

Soy David Altonaga, tengo 36 años. Nací en Capitán Sarmiento, asistí durante la primaria a la escuela N°5 Bernardino Rivadavia donde cursé hasta 9no año, egresando con las ofertas curriculares complementarias de los talleres de la Escuela Técnica. La secundaria la cursé en la Escuela de Enseñanza Media N° 2 Domingo Fidel Sarmiento. Soy Hijo de Raúl Altonaga y Liliana Bailo. Me recibí de Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Recursos Humanos y al día de hoy me desempeño como Consultor de Empleos.

E.A.: Cuéntenos ¿cómo se puede leer su novela?

D.A.: La novela ya está disponible, salió los últimos días de febrero. Se encuentra en formato ebook, esto es: libro digital. Para descargarla, se necesita un celular, tablet o e-reader, hay que ingresar en el link de la aplicación disponible y descargarlo como lo hacen con cualquier aplicación que bajan.

“Si te bajas  spotify te bajás La vieja de los chimangos”, nos dice… “o sea que no hay excusa…” Por supuesto que hay detractores de la lectura en formato digital, yo fui uno de esos, porque el miedo a lo nuevo es natural, después que lo probé me pareció más cómodo. Hoy estoy leyendo una novela de 720 páginas (Un juego de niños de Donna Tartt) y me parece genial esta modalidad, porque accedés a autores de todo el mundo desde el celular.

E.A.: ¿Cuándo se dio cuenta que iba a ser escritor? ¿Fue de pequeño?

No me considero escritor  porque no me gustan las etiquetas. Soy más bien una persona que escribe, entre otras cosas. Siempre me gustó escribir y desde chico participaba en olimpíadas de lengua en la escuela. Creo que mis ganas de contar historias nacieron de la lectura y de mi crianza, «porque siempre estaba metido en las conversaciones de los grandes» y por eso me retaban. Me aburría bastante jugar con los de mi edad. “Si supieran las cosas que escuché de chico en conversaciones de amigos de mis viejos (que creían ingenuamente que no los escuchaba) o gente que venía al negocio»… Imagínense, mis padres tenían una despensa enfrente del hospital…vivir ahí y que tus clientes fueran familiares de los pacientes, todos con una historia distinta -y la mayoría angustiante-. El negocio de mi papá fue la puerta de acceso a esas historias pero también sus amistades, y la gente que estaba de paso y que iba al campo. Los vecinos del barrio, yo escuchaba todo, muy curioso. Así me iba después, porque esa data la tenés que saber manejar y digerir…

E.A.: ¿Nos cuenta el argumento de la novela?

D.A.: En “La vieja de los chimangos”, tres amigos adolescentes porteños y de clase acomodada deciden ir a descansar al campo de la familia de uno de ellos que está emplazado en San Antonio de Areco, justo después del primer levante de cuarentena que hizo el Gobierno, -cerca de las vacaciones de invierno-. Venían de estar más de cuatro meses encerrados, consumiendo noticias catastróficas como la relataban los medios en ese momento. Sus vidas se habían paralizado, algunos de sus padres se quedaron sin trabajo y había mucho miedo e incertidumbre. La llegada al campo es el quiebre, allí se ven dentro de una situación compleja y grande que va a desafiar sus subjetividades.

E.A.: ¿Cuánto tiempo y cuántas horas por día le llevó esta novela? ¿Se quedó conforme cuándo la terminó?

D.A.: No lo medí, pero estuve casi un año para escribirla. Nunca quedaba del todo conforme, sobre todo con el final. Ocurre que la novela resulta ser una especie de spin-off de algo más grande y la tuve que cortar con ese final porque realmente era muy fuerte como para que ese hecho pase como uno más dentro de una historia. Con lo cual sí… si bien finalizó la historia con ese hecho concreto, seguramente haya una Vieja de los Chimangos 2. (Que en parte ya está escrita)

E.A.: ¿Qué les diría a aquellas personas que les gusta escribir, pero todavía no se han lanzado de lleno a la actividad por distintos motivos?

D.A.: Qué lo hagan. Que no necesitan publicar un libro, hay otras formas económicas de dar a conocer las obras, en concursos literarios, haciendo un blog, un face, un instagram. Que se busquen el tiempo para hacer lo que les apasiona, porque la vida pasa y las ganas quedan…

E.A.: ¿Algo que quiera agregar?

D.A.: La novela tiene varios mensajes que me gustaría puntualizar. Por un lado, expone las nuevas relaciones de los adolescentes, al menos los porteños de cierto sector, líquidas, sintéticas y cómo éstos responden en situaciones orgánicas, de campo, tranquilas, de otro ritmo. También es una gran metáfora sobre cómo los medios de comunicación pueden influir en la psiquis de cierta personalidad endeble o influir directamente. Hoy en día porque parece que el sensacionalismo es más importante que la noticia. Sin ir más lejos, el otro día entré a un portal de Sarmiento donde daban cuenta de un accidente y la noticia venía acompañada de la imagen del auto del siniestro y la persona juntando las pertenencias. ¿Con qué derecho el periodista se puede creer capaz de mostrar esa situación espantosa y traumática para la persona?¿Qué espera del lector que se informe o que viva el horror de esa persona? Hace tres años que no miro noticieros justamente por eso. Me parece que la noticia se transformó muchas veces en el morbo de mostrar la desgracia, más allá del hecho en sí.

Algo similar me pasaba cuando era chico; recuerdo que en casa se hablaban noticias desagradables que venían del hospital sin poner filtro en la información o entender que quien escucha es un niño y que no está en condiciones de decodificar y simbolizar como algunos adultos. El trauma en sí es un tema en la novela. Es muy psicológica porque tiene mucho de mi historia y de mi modo de pensar. Lo digo como comunicador social: nada de lo que se dice es gratuito nunca. Todo significa y repercute.

Me parece que los encuadres son necesarios y no están siendo respetados, porque se interpreta que todo lo contrario a esto es la censura. Y no es así. Para eso existen los encuadres y los marcos que dan sustento y uno dice esto lo voy a decir así, esto lo voy a contar de este modo, esto lo voy a ejemplificar de tal o cual manera.

La poca formación y el bajo nivel cultural da cuenta de lo que vivimos en los medios, hoy un periodista de Crónica puede decir cualquier cosa sobre una violación en manada y en la página de un pueblo se muestra un accidente con sus integrantes, literal, sin filtro.

Espero que les guste, si quieren más info en mi instagram: @davidaltonaga