ENTREVISTA A MIRTA MALDONADO
“No sé si me hace sentir mejor persona, más solidaria o no, pero me tocó, y fue mi hermano, la verdad que ni lo pensé, se lo di, se lo regalé y no me arrepiento”
Cada 14 de octubre se celebra el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes. Ser donante de órganos siempre estuvo relacionado a poner en riesgo la propia vida. Pero en los últimos años, esa tendencia fue cambiando a pensar que en realidad se trata de un acto altruista que significa la salvación de otra vida. Además, son muy pocos los casos en los que se extraen órganos de una persona viva. Generalmente esto ocurre dentro de un grupo familiar, este es el caso de Mirta, que en el año 2006 fue donante de un riñón para su hermano Daniel Maldonado. Una lindísima historia de vida.
E.A.: Se presenta.
M.M.: Mi nombre es Mirta Maldonado y estoy viviendo en pareja hace 20 años con Emanuel Garabato, tenemos dos hijas: una de ocho y otra de cinco años, soy nacida en Capitán Sarmiento.
E.A.: Cuéntenos la historia del trasplante.
M.M.: La historia que voy a contar es la siguiente: nosotros somos cuatro hermanos: tres varones y yo que soy la mayor. Uno de ellos, Daniel, sufre un problema de salud, allá por el 2004, por el cual estuvo muy grave. Cuando mi hermano luchó tanto por su vida y logró salir adelante, los médicos diagnosticaron que debía hacerse un trasplante renal. Yo lo había estudiado justo en el colegio -la parte del funcionamiento renal- y habíamos visto que se podía donar un riñón estando vivo, por eso cuando nos dieron el parte médico lo primero que pienso es: “Yo le voy a dar un riñón a mi hermano”. Entonces los médicos me explicaron que mi hermano debía estar clínicamente bien, y eso nos llevó un año. Mientras lógicamente se dializaba, y allí empezó nuestra odisea. Todo el tiempo yendo al Incucai, haciendo estudios tras estudios de compatibilidad, para asegurarse que mi salud era óptima para sacarme el órgano y mi vida siga totalmente normal. Gracias a Dios se hizo posible y me dan fecha en el año 2006 nos dan fecha de trasplante el 30 de junio, nos operan. Entro al quirófano sabiendo que al salir, iba a despertar ya viendo a mi hermano, y asi fue. Mi operación duró 4 horas y la de mi hermano 4 horas y media. Cuando sacan del quirófano a mi hermano los gritos del médico eran tremendos, me quedaron grabados en mi cabeza, de lo bien que había salido, de lo excelente que había sido su operación. A Dios gracias me pude levantar y abrazar a mi hermano, y sentir el amor nos unía cada vez mas, sentir que mi hermano tenía dentro de él un pedacito mío, y sentir que su calidad de vida mejoraría, que no tenía que dializarse más. Lo más maravilloso de esto fue el abrazo y el amor que sentimos, después de la cirugía.
E.A.: ¿Qué le llevó a tomar esta decisión?
M.M.: No sé si me hace sentir mejor persona, más solidaria o no, pero me tocó, y fue mi hermano, la verdad que ni lo pensé, se lo di, se lo regalé, no me arrepiento. No tengo ninguna secuela, vida totalmente normal, y más feliz que nunca, viendo a mi hermano, gozar de la vida, con un pedacito dentro de mí.
E.A.: ¿Le complicó esta donación para su vida posterior? ¿Le dejó alguna secuela?
M.M.: Cualquier ser humano vive normalmente con un solo riñón. Y la verdad es que creo que nuestro país habría que hacer mucho hincapié en cuanto a esta temática e informar más a la gente y sacar todos los miedos y tabúes que se generan. En el caso nuestro puedo contarles la historia y lo bien que estoy, puedo asegurar que no queda ningún tipo de secuela que yo hago una vida totalmente normal, que se puede tener hijos, que se puede hacer lo que quieras, debes cuidarte como cualquier persona, no es nada especial ni sufrís nada raro, habría que informar un poco más porque A CUALQUIERA nos puede pasar. Yo fui donante pero podría haber necesitado también que me donaran.
E.A.: ¿Qué mensaje le dejaría a la gente?
M.M.: El mensaje que quiero dejar primero es que las cosas que se dan desde el corazón y que se dan con amor salen perfectamente bien, siendo donante viva sentí una satisfacción doble primero ver a mi hermano y después a mis hijas, dos excelente hijas con una salud óptima. Dos embarazos sin problemas. Y también quiero agregar que se saquen los miedos, que tengan ganas de informarse que sepan que nadie está libre de nada, cualquiera de nosotros, podría necesitar un trasplante, cualquiera de nosotros no va a querer estar 20 años esperando, o irse de esta vida en una lista de espera. Hay millones de argentinos en una lista de espera de un trasplante, saquémonos el egoísmo, y esos miedos que te llevan a no querer donar un órgano. Podemos salvar muchas vidas, muchas…
E.A.: ¿Quiere agregar algo más?
M.M.: Le agradezco a El Argentino por difundir nuestro testimonio, porque la verdad que a mí me llena de orgullo y de amor nuestra historia que parece salir de un cuento de hadas. Una pesadilla que terminó con un final feliz, tan feliz de dos hermanos abrazados por el amor.
Mi hermano es un héroe, un luchador de la vida, lo admiro y lo amo con toda mi alma, trabaja, anda en bicicleta, hace ejercicio es impresionante observar como cambio su vida, no deja de tomar medicamentos para que su riñoncito funcione, y tiene una máquina impresionante.