Entrevista Fernando Javier García

Entrevista Fernando Javier García

Dialogamos con Fernando Javier García, arquitecto nacido y educado en nuestra ciudad que emigró para España en tiempos difíciles. Reportaje interesante, no se lo pierda

E.A.: ¿Cuántos años hace que se fue de la Argentina?

F.G.: En mayo hizo 15 años que nos fuimos a vivir a España. Mi situación particular fue que,  en 2002, viendo lo que estaba ocurriendo en la Argentina, creímos que la cosa no era de fácil solución y, pensando en nuestros hijos, mi esposa y yo decidimos emigrar. Nosotros ya teníamos un recorrido hecho y queríamos abrir otra  puerta, ir  a otro sitio y ver si ellos se podían adaptar y tuvieran otra posibilidad para estudiar o para perfeccionarse. Soy arquitecto y mi situación laboral, -estaba trabajando en una empresa constructora- había ya decaído, era uno de los pocos empleados que quedaban en la empresa que estaba en Buenos Aires. Mi esposa tenía trabajo, era docente. Y bueno, decidimos partir y nos fuimos toda la familia junta.

E.A.: ¿Cómo lo recibió España?

F.G.: Nos recibió muy bien. Previamente antes de ir, había hecho mis contactos, pero nos recibieron muy bien, sería una mala persona si me quejara. Me han abierto la puerta de todos lados. Tuve mucha suerte, Dios nos puso la mano encima. También había tenido la posibilidad acá pero, ahí es extraño, porque sos extranjero. Pero también hay que pensar que para el argentino el español es un poco su hermano, se siente así, porque lo que pasó con la guerra civil en España y la ayuda que recibió de la Argentina en su momento, hay mucha gente grande que lo recuerda. Los jóvenes se van enterando de eso, y están super agradecidos.

E.A.: ¿Extraña su país?

F.G.: Sí, se extrañan los afectos, los amigos, la familia, los contactos del día a día. Pero también se puede armar otra vida en otro lado. Al final, uno es de aquí y es de allá. Creo que lo mejor es cada tanto regresar y no olvidarse de sus orígenes. Yo nací en Capitán Sarmiento y me gusta volver de vez en cuando.

E.A.: ¿Qué diferencia notás entre el español y el argentino en cuanto a la personalidad?

F.G.: Son distintos, pero tienen la misma calidez. Los españoles son personas que a primera impresión parecen que fueran mucho más distantes, no existe tanto la demostración de afecto y cariño como tenemos nosotros que nos abrazamos, nos damos la mano, nos apretamos las dos manos. Es más distante, más directo,  pero cuando entra en confianza es muy bueno, muy abierto y considerado; tienen una diferencia con nosotros y es que, si te tienen que decir algo, te lo van a decir sin pelos en la lengua. No van a dar muchas vueltas para decirte algo. Son francos y directos, bueno o malo son así. No hay una cuestión de que sea así  porque sos extranjero, son francos entre ellos mismos.

E.A.: ¿Cómo encontraste al país?

F.G.: Me fui pensando que el país no tenía salida. Y no creo que fuera así. Y aprendí que los países si no ocurre una guerra no se incendian, como estaba en efervescencia cuando me fui en el 2001, 2002. Pero al final las cosas se superan. Lo que pasa que la guerra deja marcas muy fuertes, y cuando son marcas tan profundas son difíciles de solucionar, de subsanarlas, de restañar esas heridas y poder avanzar. Noto que el país ha tenido una cantidad de años realmente para algunas personas buenos, para otras no tanto; yo me informo porque leo todos los días los diarios de España y de aquí desde hace 15 años. Puedo emitir una opinión estando fuera de este lugar, y muchos me pueden censurar con razón tal vez, porque piensan que no estoy aquí. Yo creo que he visto y veo al país degradado en sus instituciones. España también tiene problemas de corrupción como existe aquí en Argentina, pero hay gente presa, detenida, por ejemplo se ha juzgado al yerno del Rey, a gente muy importante, como presidentes de empresas grandes. Ahora los españoles no solo quieren que estén presos, quieren que les devuelvan el dinero. Esta es la diferencia que veo con la Argentina. Falta esa conducta ejemplificadora, que todavía no ocurre porque las instituciones están contaminadas por la corrupción.  Erradicarla no es fácil de conseguir; en todo el mundo hay corrupción, en todos los estratos, pero si esa corrupción es muy profunda, muy amplia, es muy difícil que se pueda erradicar. Si es una pequeña corrupción, si bien no la admito, uno puede convivir con eso.

E.A.: ¿Cómo viste a Capitan Sarmiento?

F.G.: Estuve poco tiempo  en la ciudad, pero veo que ha crecido mucho desde que yo me fui de acá, en aquella época tenía casi 10.000 habitantes, y ahora la industria ha crecido  bastante. Creo que las buenas cosechas, o por los impuestos se han conseguido un ingreso importante de dinero, no se si redundó en un beneficio al pueblo o fue a las clases más pobres, la verdad no lo sé. Vi un crecimiento muy rápido con algo de desprolijidad, mucha construcción, casas nuevas, barrios desarrollados en poco tiempo, con lo que cambió la fisonomía de la ciudad.

E.A.: ¿Cómo es el costo de la vida en España comparado con Argentina?

F.G.: En estos 15 días pude apreciar, que los precios existentes aquí son una barbaridad, que las cosas valgan mas de lo que cuestan en cualquier lugar del mundo.  No te digo pagar el café el doble, porque podés tomarlo o no, y la gente humilde no puede darse el lujo de ir a tomarlo, pero que el agua valga el doble o mas del doble es una barbaridad. Me refiero al agua envasada o la soda. Ni hablar de la leche y el pan es imposible, no me entra en la cabeza, mas que nada comparándolo con lo que gana un jubilado: $ 6.200. Aquí lo remedios son carísimos, me sorprendieron los precios, no sé cómo pueden vivir.

E.A.: ¿Quiere agregar algo más?

F.G.: Espero que en Argentina se solucionen las cosas que se tienen que solucionar, que la gente sea feliz, que tenga todo lo que necesita, un poco utópico quizás, pero es un deseo: es mi país y quiero que le vaya bien porque aquí tengo amigos, familia; ojalá se componga rápido, se cambie la mentalidad, se empiece a pensar para todos, en conjunto, que Argentina pueda tener un programa de acá a cinco años, que no tengan que estar  apagando un incendio cada día, y se puedan proyectar para adelante. Gobernada por quien sea, que diga: vamos para allá cinco años, y quien suceda continúe con otros cinco para el mismo lado.