MARIA ELENA BADANO, UNA HISTORIA DE FE

MARIA ELENA BADANO, UNA HISTORIA DE FE

Una entrevista que nadie puede dejar de leer, una mamá de nuestra ciudad que un día se enfrentó con el cáncer de su hijo David.

E.A.: Cuéntenos quién es y cómo está compuesta su familia.

M.E.B.: Soy María Elena Badano, mi familia está compuesta de mi esposo, Néstor Hernández, mis hijos Jonathan – que tiene 20 años-  Gisela – de 19 años- , y David Hernández que tiene 13 años. Jony estudia Diseño gráfico, y los fines de semana trabaja en una rotisería. Gisela estudia Diseño de la Indumentaria; los dos en Pergamino. David está en el 2do año del secundario.

E.A.: ¿Cuánto hace que David comenzó con su enfermedad?

M.E.B: Fines de marzo principios de abril del año pasado. Empezó con dolores de cabeza, más o menos estuvo dos meses con esos dolores. Tomaba ibuprofreno. Resultó un tumor en el parietal, luego lo operaron pero no le sacaron el tumor, le hicieron una operación para sacarle la presión que le producía el tumor, entonces al no tener más presión, no tenía  más dolor. Ahí mismo le hacen una biopsia y salta que era un cáncer tipo 4, que es el más avanzado. Cuando comenzó con los dolores de cabeza, le hice hacer un análisis y le salió bien, pero como seguía, en ocasiones me habían llamado del colegio por sus dolores, entonces ahí voy nuevamente al médico quien ordena una tomografía. Ahí sí salió su patología.

E.A.: ¿Qué fue lo que pensó cuando se enteró?

M.E.B: Al principio, como que no que no caía. Entré en shock, y pensaba que era mentira. Porque yo a la vez a él lo veía bien. Cuando el Doctor Más nos dijo que él tenía ese tumorcito, su único síntoma en ese período era que veía doble. Entonces era que como no lo veía decaer. No pensaba que era algo grave.

E.A.: ¿Qué fue lo que más te ayudó?

M.E.B.: Dios me ayudó mucho. Muchos me decían cómo no me había enojado con Dios; al contrario, me acercó mucho. Yo les decía a mis hijos. “en toda mi vida, no recé tanto como lo hice ahora”. Y después iba viendo cosas terribles en el hospital, y  me preguntaba: “¿En qué mundo estaba yo?” David, a pesar de todo tuvo sus altibajos, pero siempre puso mucha fuerza. Fui criticada porque publico cosas en el Facebook; pero ver un me gusta es como que alguien me está dando fuerzas. Ahí yo pienso que alguien está pidiendo por él. Y tengo gente de muchas partes que me apoya, y cada vez que cuento algo y me escriben: “Bendiciones! Fuerza David!!” a mí me ayuda.

E.A.: ¿Cuenta con ayuda económica de alguna entidad? ¿Cómo logró salir adelante?

M.E.B: Mi marido es jubilado por discapacidad, era camionero y hace 4 años que no trabaja más, sólo hacía algunas changuitas. Y mientras estuvimos con David internado, poco podía hacer. Yo cosía en casa y pasó lo mismo. Tengo una Obra Social muy buena. Al principio me trasladaron a un instituto de San Justo, pero luego me derivaron al Garraghan. La Obra Social en ningún momento dijo no. Y en cuanto a los gastos, la gente de Capitán Sarmiento nos ayuda. Le pedí a una amiga, luego se fueron acercando, la gente luego empezó a ayudar. En el primer tratamiento de radioterapia hice una nota con Retucci, y nos juntaron $6.000 y cubrí así todo el tratamiento. Luego con las quimio, la gente se organizó y los chicos de la Batucada Eclipse organizaron un evento en el centro, y con eso juntaron un montón, llegamos creo cerca de los $70.000. Nos ayudaron muchísimo, y nos están ayudando, con eso terminamos tratamiento. Hay cosas que tiene que comer que son costosas, y todo lleva su dinero. Hasta ahora, gracias a Dios estamos sobrellevándolo.

E.A.: ¿David  está totalmente curado?

M.E.B: Hicieron una resonancia y observaron que el tumor era muy chiquitito y todo lo que era cabeza y columna estaba perfecto, entonces atacaron en seguida con radioterapia. Cuando se terminó, hacen otra resonancia y parecía que no había nada pero no se aseguraba el ciento por ciento. Entonces después del tercer ciclo de quimios hacen otra resonancia y ahí sí se observó que estaba todo limpio. Ahora David dice: “Me siento raro, siento algo diferente, debe ser porque sé esto se terminó y no me tengo que internar más”. Ahora está con planes de continuar su escolaridad. Gracias a Dios el año pasado a David lo ayudaron mucho y no perdió el año; ahora hasta fines de abril no puede concurrir al colegio, pero una vez que empiece el próximo tratamiento sí podrá, porque no se le bajan las defensas como con el tratamiento anterior.  A él lo que pone mal es internarse, el tratamiento ambulatorio lo pasa mucho mejor, y este tratamiento es de prevención.

E.A.: ¿Qué mensaje le deja a las personas que estén pasando por algo similar?

M.E.B: No bajen los brazos. Que Dios está y es grande. Con mucho amor de la familia,  por más que se sientan rendidos como en ocasiones se sintió David, nunca bajen los brazos. La radioterapia lo tiró muy abajo, anímicamente y físicamente. Al ser flaquito perdió mucha masa muscular, estuvo muy descompuesto, perdió el apetito. Muchas veces preguntó: “¿Por qué a mí? Fue por qué yo dejé de ir a misa? ¿Dios me castigó por eso?” Ahora pregunta: “¿Por qué Dios se enoja con los chicos?”, porque vió mucho en el hospital. A veces no me lo dice, pero él reza en silencio. Ahora está feliz, se está alimentando bien, está última quimio la pasó bien. El nunca había entrado a un hospital y de golpe estar en el Garrahan con enfermos terminales fue muy fuerte.

E.A.: Algo que quiera agregar.

M.E.B: La gente tiene que insistir en hacerse estudios, cuando David empezó con los dolores nos decían “….tiene stress….por el cambio de colegio, por la doble escolaridad….., que anda mucho, …..que descanse” Siempre pensé que no era normal,  y si el médico no les dá bolilla, insistan. Que se hagan estudios. Hemos visto muchos chicos en el hospital que por esperar tienen tumores grandes.