¿POR QUÉ EN LA ARGENTINA SE ARMA EL ÁRBOL DE NAVIDAD EL 8 DE DICIEMBRE?

¿POR QUÉ EN LA ARGENTINA SE ARMA EL ÁRBOL DE NAVIDAD EL 8 DE DICIEMBRE?

Si bien se celebra el Día de la Inmaculada Concepción, la historia muestra variantes que no sólo vinculan la fecha a la religión.

En Argentina el 8 de diciembre es una tradición no solo por conmemorarse el Día de la Inmaculada Concepción sino porque es el día donde se arma el arbolito de Navidad y cuya permanencia en los hogares se extiende hasta el 6 de enero, el Día de Reyes.

El armado del arbolito no está hoy directamente relacionado con lo religioso sino que se ha convertido en un hecho cultural que excede las creencias religiosas. De hecho, es habitual verlo en lugares tan contrastantes como shoppings, monumentos, hoteles y calles, llenos de color y que funcionan como un imán para grandes y chicos.

Pero, ¿qué significa el árbol que armamos cada 8 de diciembre para esperar la Navidad? No hay una sola explicación. Por ejemplo, los nórdicos solían adorar con un árbol todos los 8 de diciembre el nacimiento de Frey, dios del sol y la fertilidad.

En tanto, se sabe que los celtas -para rendirle homenaje al solsticio de invierno-, adornaban un roble con antorchas y se reunían alrededor de él para bailar y celebrar el cambio estación.

El cristianismo le dio un enfoque más contundente: el árbol estaba directamente relacionado al nacimiento de Jesús. El árbol original estaba confeccionado con hoja perenne, lo que representaba para el cristianismo el amor de Dios y la vida eterna, mientras que su forma simbolizó la Santísima Trinidad. Funcionó como una representación del amor de Dios y la vida eterna.

Otro relato que se popularizó por el mundo fue la leyenda de Martín Lutero, uno de los padres de la reforma en el cristianismo, y el responsable de haber impuesto los árboles de pino para Navidad hacia el 1.500. Quiso reproducir la imagen que vio cuando caminaba por el bosque, el brillo de las estrellas iluminaba a los árboles. De esta manera, cortó una rama y la llevó al interior de su casa.

Fue recién en 1807 cuando en Argentina comenzaron a verse los primeros árboles de Navidad. La historia cuenta que un irlandés introdujo el hábito al decorar con un pico una plaza pública.

Más allá del sentido religioso, de festejo, de celebración del cambio, hay quienes le atribuyen al árbol de Navidad otros significados, como el universo, la prosperidad, la vida, la siembra y la cosecha. Los adornos de colores fueron reemplazando a las manzanas que recordaban el paraíso donde Adán y Eva cometieron el pecado original, según la Biblia.

Hoy, no hay una estética única en el armado y ornamentación del pino. A las bolas de colores se les sumaron guirnaldas y luces, las que reemplazaron a las velas que simbolizaban la luz de Cristo y la unión de las familias. Esos sí, siempre coronando su punta, la estrella de Belén es innegociable.

Los presentes en el árbol también tienen su razón de ser. Se estima que en Belén, la gente ponía en el árbol algún objeto preciado a modo de obtener buenas compensaciones para el año entrante.

El 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus, Pío IX proclamó que María (madre de Dios) fue preservada –por un privilegio único- del pecado original desde el primer instante de su existencia. De ahí el armado del árbol el 8 de diciembre, Día de la Virgen Inmaculada Concepción.